La Guardia Civil ha detenido a seis personas, una de ellas menor de edad, y se ha imputado a una séptima que, supuestamente, se dedicaban a la compra-venta de joyas robadas en la comarca cacereña del Valle del Jerte, y no se descartan nuevas detenciones.

Según ha informado hoy en una nota la Comandancia de Cáceres de la Guardia Civil, el pasado día 12 la Benemérita dio por concluida la operación denominada "El Cerezo Cabezuela" tras haber conseguido desarticular un grupo dedicado a la compra-venta de joyas en la comarca del Jerte, y que se ha saldado con la detención de seis personas autoras de dos delitos de hurto de joyas y con un imputado.

La acción se inició el pasado mes de julio tras recibirse una denuncia de una vecina de Cabezuela del Valle (Cáceres) en la que manifestaba que le habían sustraído de su domicilio múltiples joyas valoradas en unos 1.000 euros aproximadamente.

El "modus operandi" se correspondía con el empleado en otro robo ocurrido días atrás en la misma localidad, en el que habían sustraído joyas por valor de 5.000 euros sin haber sido forzado ningún elemento de cierre del inmueble.

De esta forma, las investigaciones de la Guardia Civil se centraron principalmente en el círculo cercano de las víctimas, procediendo el pasado día 10 a la detención de las dos primeras personas como autoras del delito de hurto, una de ellas sobrina de una de las víctimas.

La detenida disponía de una llave de la vivienda de su tía para poder acceder al domicilio en caso de necesidad, una circunstancia que habría aprovechado para sustraer en pequeñas cantidades las joyas que su familiar guardaba en la casa.

Las investigaciones de la Guardia Civil revelaron que, aunque advertidos en julio los hurtos, éstos habían comenzado durante el mes de mayo, ya que el segundo detenido, del entorno de la encausada, se había encargado de dar salida a las joyas vendiéndolas en locales de Plasencia legalmente establecidos para la compra-venta de oro.

En el transcurso de las diligencias, a los agentes les faltaba el nexo de unión entre los dos hurtos, consiguiendo el esclarecimiento total de los delitos que habían dado inicio a la operación "El Cerezo Cabezuela" durante los días 11 y 12 de agosto.

En estas fechas los encargados de la investigación averiguaron que no sólo había una persona encargada de la venta de joyas en los establecimientos placentinos, sino que existían varias personas del entorno del detenido, que habían realizado entrega de joyas en estos comercios.

La Guardia Civil advirtió entonces que se encontraba ante un grupo de personas que habían formado todo un complejo entramado de venta de joyas, estableciendo en la localidad de Cabezuela del Valle un mercado negro de adquisición de joyas.

El grupo se reunía en esta población y recogía de adolescentes del municipio y localidades próximas todas aquellas joyas que les facilitaban, sin importar su procedencia y la edad del proveedor, vendiéndolas posteriormente en varios establecimientos autorizados y llevándose una alta comisión de las ventas realizadas.

La Guardia Civil ha alertado del peligro existente en la posesión de joyas en los domicilios, ya sean de valor sentimental o económico, sin un control sobre las mismas, "ya que no se descubre su sustracción hasta pasado un largo periodo de tiempo", ha destacado el instituto armado.

Este tiempo transcurrido dificulta la recuperación, ya que tal y como ha sucedido en esta operación, una vez identificadas las joyas por la víctimas a través de los fotogramas facilitados por los establecimientos donde fueron entregadas, éstas habían sido enviadas a fundiciones, imposibilitando de esta manera su recuperación.