La pedanía trujillana de Huertas de Ánimas recupera poco a poco la normalidad tras más de una semana de festejos en los que han destacado las capeas y encierros que cada año cobran más auge. La masiva participación de vecinos y visitantes, que duplican estos días la población, ha hecho nuevamente que pueda decirse que Huertas es «la catedral de la capea» como muchos ya llaman.

Fueron más de 60 vacas y toros los que saltaron al ruedo para entretener a quienes decidieron ver los toros desde la barrera o los que pisaron la arena en un alarde de valentía. Uno de los momentos con mayor afluencia de público fue el sábado de madrugada, con la celebración de la vaquilla del aguardiente, convertida en todo un clásico. La Comisión de Festejos Valfermoso hace un balance positivo de esta edición, mientras comienza a preparar ya la del año siguiente.