Entre los paraísos extremeños de Monfragüe y Los Llanos de Cáceres se encuentra la comarca Cuatro Lugares, una llanura esteparia a la que llegan, cada invierno, miles de grullas procedentes del norte de Europa en busca del refugio, el alimento y el agua que les ofrece el humedal del embalse de Talaván.

La importancia de este corredor ecológico, designado Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), ha hecho que, desde hace 17 años, se lleve a cabo en su territorio un proyecto de restauración de espacios naturales de gran biodiversidad que se encuentran en proceso de degradación.

Cada año, entre los meses de noviembre y diciembre, el área del embalse se convierte en el escenario final de un largo y duro viaje de más de 3.000 kilómetros, cuando 65.000 grullas lo utilizan como dormidero para pasar aquí el "cálido" invierno extremeño lejos de las bajas temperaturas del norte de Europa.

El programa, desarrollado por las Fundaciones Banco Santander y Global Nature, que ejerce la dirección técnica del proyecto, se centra en la recuperación del área de dehesas y llanuras que rodean el embalse, con el doble objetivo de proteger los frágiles ecosistemas que lo caracterizan y generar un desarrollo socioeconómico sostenible para la población.

"Nuestro logro más importante ha sido crear un clima de confianza con los propietarios de las fincas", defiende el director de Global Nature, Eduardo de Miguel, "porque esto nos ha permitido trabajar en la recuperación de los elementos que mantienen la biodiversidad".

De Miguel explica orgulloso que gracias al apoyo de los vecinos de los cuatro pueblos de la zona han conseguido crear "una red de custodia" de 6.000 hectáreas del territorio, a través de un sistema de "fincas conveniadas".

Este método de gestión compartida con los propietarios les ha permitido desarrollar acciones conjuntas para la apertura de charcas ganaderas, la recuperación de siembras para especies como el conejo y realizar diferentes reforestaciones destinadas a la conservación y a la recuperación de los ecosistemas.

Además, gracias a una partida presupuestaria de la Unión Europea para la conservación de la biodiversidad, la fundación Global Nature pudo comprar una de las fincas de la zona.

En ella se lleva a cabo una explotación sostenible del terreno, mediante la que no sólo se realizan labores de protección sino que se aporta un ejemplo práctico de cómo la gestión "basada en la conservación y no en la destrucción", destaca De Miguel, es capaz de generar beneficios económicos.

Las lagunas y los humedales son espacios naturales que durante mucho tiempo no han estado muy bien considerados, aunque resultan "fundamentales" para el control de las inundaciones, el mantenimiento de la calidad del agua y la conservación de las comunidades biológicas, señalan desde Global Nature.

Por ello, además de otros servicios, este tipo de ecosistemas es muy apropiado para realizar turismo ecológico, educación ambiental y desarrollar proyectos con los que "se puede salir de la crisis gracias al medio ambiente", asegura la coordinadora del proyecto Amanda del Río.

El programa de recuperación ha puesto en marcha varias acciones destinadas a acondicionar el área para los visitantes, entre las que destacan dos observatorios ornitológicos en diferentes orillas del embalse y dos paneles informativos, uno de ornitofauna y otro específico de la grulla.

Además, siendo conscientes de la importancia de implicar a la población en el proyecto, la fundación ha organizado charlas sobre "buenas prácticas" para los pescadores locales y actividades educativas para que los niños conozcan el lugar y a las especies que lo habitan.

Para ellas y para su conservación, el proyecto ha instalado cuatro islas de nidificación de aves, con el objetivo de evitar la depredación de sus nidos, y 6.000 plantas tratarán de crear refugio para las aves, los anfibios, los reptiles y los mamíferos que viven en este estratégico humedal.

Extremadura tiene el 80 por ciento de su suelo declarado de interés para la conservación de las aves y en su territorio se concentra un tercio del agua embalsada de España, según afirma el director general de medio natural de la Junta, Guillermo Crespo.

Por ello, Crespo destaca la importancia de estos proyectos de iniciativa privada "sin los cuales" la administración no tendría capacidad para conservar el valioso, y también "amplio", territorio que requiere protección.

La recuperación de Talaván, al menos, parece un éxito. Lavandas, margaritas y jaras llenan ahora del color de la primavera las dehesas y llanuras que rodean el humedal antes de que las grullas, viajeras incansables, acaparen el protagonismo en los atardeceres invernales del embalse.