La organización de la V Feria del Libro de Trujillo ha pensado en todos los públicos y gustos literarios para programar sus actividades. Por eso los niños también cuentan con actividades propias, para fortalecer y potenciar su gusto por la lectura, "de este modo sembraremos las semillas para que cuando crezcan sigan amando los libros". Lo dice Angeles Quesada, coordinadora de las actividades infantiles de la feria y responsable del club de lectura para niños creado hace unos meses en Trujillo. Una de las actividades es la que reúne en la biblioteca a los niños de 7 y 8 años de los centros de primaria locales. Durante una hora y media, se van convirtiendo en pequeños Cervantes dispuestos a conocer a Don Quijote.

"A mí me gusta llamarlo taller de participación en la lectura más que de animación a la lectura, porque lo que intento es que se involucren y participen". Es el propósito de Angeles, quien asegura que no es fácil mantener su atención. Lo consigue con la proyección de imágenes mientras les explica quién era Cervantes y la época en que vivió. "Les hablo del Cervantes niño, cuando iba al colegio", explica, e intercala anécdotas como que el autor de El Quijote estuvo alojado en Trujillo una vez cuando iba camino de Guadalupe. También intervienen las manualidades, creando con tiras de papel blanco sus propias golas o gorgueras, que es el adorno del cuello que se hacía de lienzo plegado, típico de las vestimentas de la época cervantina. Y tras conocer al escritor toca acercarse a su obra magna. Un cortometraje de dibujos sobre El Quijote y diapositivas sirven para conocer las aventuras del caballero manchego. El colofón lo pone el bigote y la perilla que les pinta para transformarlos en mini Cervantes. Quesada asegura darse por satisfecha con que se queden con alguna enseñanza del libro "como la importancia de la amistad, reflejada en Quijote y Sancho, o que no debemos creer al pie de la letra todo lo que leemos". Eso, y que les entren ganas de leer el libro, "que los hay adaptados a todas las edades", añade.

Además de esta actividad, varios autores se han acercado estos días a los colegios para impartir charlas. Y hoy está prevista la visita de Alvaro Cabo, un escritor de 12 años que presentará en la carpa ferial su libro Ser inteligente no es un delito , en el que pone en evidencia a una sociedad poco tolerante con quien sobresale.