Juan Ramón Rodríguez lleva un año dedicado al mantenimiento y conservación del santuario de la Virgen del Encinar, en Ceclavín. Asegura que es una gran satisfacción desempeñar esta labor que le permite estar cerca de la patrona.
--¿Recibe la ermita visitas con asiduidad?
--Viene gente de muchos sitios, incluso del extranjero. Cuando más es en Semana Santa y en el verano, época en la que llegan muchas personas de fuera a ver a sus familiares del pueblo.
--¿Qué es lo que más le gusta a los visitantes?
--La gente se asombra al ver la altura de las imágenes de la Virgen del Encinar y San José, que superan los dos metros.
--¿Qué peticiones le hacen?
--La gente pide sobre todo que se le deje subir al camerín de la virgen y besar el manto. Muchos se emocionan, hasta los que no son de aquí.
--¿Qué significa para usted la Virgen del Encinar?
--Todo. Tengo mucha fe en ella y estar cerca de ella me gusta.
Todos los ceclavineros tenemos mucho aprecio a la Virgen.