Un toro negro de la ganadería de Mercedes Pérez Tabernero llenó de emoción y riesgo el tercer encierro de las fiestas de San Buenaventura en Moraleja, ya que no hizo el recorrido con el resto de la manada y se quedó rezagado en las inmediaciones del punto de salida.

El ganado se desembarcó en los corrales de la calle Goya apenas una hora antes de dar comienzo el encierro y el astado de Pérez Tabernero, marcado con el número 2, ya dio muestras sobradas de su fuerza: levantó una pesada placa metálica, rompió el cerrojo de uno de los chiqueros y desafió a sus compañeros de manada y a los cabestros a los que debería haber acompañado.

Cuando el chupinazo marcó el inicio del encierro, el astado tomó la salida desafiante y arremetió contra una puerta, contra las talanqueras del recinto e, incluso, contra una pared. El pitón izquierdo, que ya había resultado dañado en los corrales, se escobilló aún más en el tramo inicial del recorrido, el único que hizo el toro, que optó por darse la vuelta y regresar a los corrales cuando el resto de la manada estaba ya en la plaza de los toros.

Mientras este toro negro se quedaba en los inicios del recorrido, otro castaño permanecía rezagado en la curva más pronunciada del recorrido, a tan sólo 200 metros de la plaza de los toros.

HERIDOS Los servicios médicos atendieron ayer a tres personas heridas con contusiones además de a un mozo que presentaba un varetazo. Los cuatro heridos que han pasado por la enfermería son leves, pero aparte de estas personas, una mujer tuvo que ser trasladada del recinto tras sufrir una caída de las talanqueras. Un suceso que provocó que el encierro comenzase con cuatro minutos de retraso. El nerviosismo y el miedo provocó diversas caídas, rozaduras, golpes y hematomas en varios de vecinos.