Un año más la tradición de los Quintos en Albalá tuvo su punto álgido en las pasadas navidades, con las tradicionales Tablas, decoradas al máximo detalle con naranjas, flores, panes y lazos de colores, que le dan vistosidad a una fiesta en la que los protagonistas son los jóvenes de la localidad, o que tienen ascendientes en el municipio, y que cumplen 19 años.

Este año han sido 19 jóvenes, doce chicas y siete chicos, los que han podido vivir una tradición y una costumbre tal y como se vivían en los tiempos de sus padres y abuelos «aunque un poco diferente, porque los tiempos cambian y algunos temas se adaptan a las nuevas generaciones», explicaba María Fernández, una de las quintas.

Tradición con cambios

Y es que, antiguamente, siempre se invitaba a los familiares y amigos más cercanos a una comida grupal en las casas de los quintos «pero este año, por ejemplo, lo hemos hecho en un bar de la localidad, aunque se ha seguido con la tradición de comida, café y copas, y fue para todo el que quisiera pasar el día con nosotros», señalaba María.

Por delante ya solo les queda celebrar y preparar el primer día de Carnaval, «en el que los quintos somos los sogueros y acude mucha gente con sus caballos, porque una vez que comience el verano ya empiezan a prepararse los próximos quintos».

Cabe destacar la «gran participación» de los vecinos, que «nos han acompañado siempre, durante los tres días de Las Tablas», un elemento imprescindible en estas fiestas y que puede llegar a pesar casi 50 kilos.

Así, el sentir general de los quintos es «de alegría y tristeza a la vez, porque es algo que ya no vamos a volver a vivir en nuestra vida», sentenciaba María Fernández.