Son las reinas del folclore local. Dieciséis amas de casa de Arroyo de la Luz componen el grupo Nuestra Señora de los Dolores, que dió su primer do de pecho hace 12 años y que aún continuan cantando con la ilusión del principiante. Ensayan dos veces por semana y ellas mismas componen la letra y música de muchas de sus canciones. Pero en su repertorio también figuran romances arroyanos como El pájaro pinto o El rey moro , que rescatan y adaptan.

No obstante, su mayor fuente de inspiración, según confiesa Nana Caro, una de las componentes del grupo, es la patrona de la localidad, la Virgen de la Luz. Virgen de la Luz, madre de la luz, eres tu la más bonita, entre llanos y encinas ella tiene su ermita . "Esta es una estrofa de una canción escrita por Cándida Carrero", explica Nana tras entonarla.

En el grupo hay ocho voces bajas y otras tantas altas y una de ellas además ejerce como solista. Aunque durante años sus actuaciones se han limitado al ámbito local --misas cantadas, fiestas locales, bodas, bautizos y comuniones de vecinos--, Nana reconoce que ahora comienzan a recibir ofertas de distintos puntos de la región. El día 15 cantamos en una boda en Cáceres". Esto motiva al grupo, pues según cuenta Nana otro de sus mayores orgullos es "llevar el nombre de Arroyo a todos los sitios".

¿Los requisitos para formar parte del grupo? Además de tener buena voz, Nana asegura "que tiene que gustarte y ser consciente de que hay que ensayar mucho y que eso te quita tiempo de estar en tu casa y con tu familia".

Nana asegura que en el grupo no hay "jefas" y que cada una realiza aportaciones en letras y músicas. Los romances y la canciones del folclore arroyano las recopilar "a través de la gentes y los libros". El traje regional lo utilizan sólo en contadas ocasiones, pues se trata de ropas "muy delicadas" con las que no pueden viajar.

No tienen ámbito de lucro --Nana cuenta que su mayor recompensa es la felicitación que reciben de quienes las escuchan--, aunque han decidido cobrar una pequeña cantidad por sus actuaciones --no cuando son en la iglesia-- porque además de desgastar "las gargantas", el grupo tiene que afrontar la compra de instrumentos y también los desplazamientos. Las socias también colaboran con un cuota simbólica de dos euros.