Antonio Castaño fue en su día el alcalde más joven de Extremadura durante los cuatro años y medio que estuvo al frente del Ayuntamiento de su pueblo natal, Aldeanueva de la Vera, en la década de los años ochenta. Ahora, en cambio, no quiere saber nada de política. "Me limito a desear lo mejor para mi pueblo", apunta.

Hasta ahora tenía una faceta de su vida desconocida para muchas personas, incluso de su entorno. Y es que aparte de su profesión de fontanero-calefactor y tubero industrial, lo que realmente le quita el sueño es la música. Es algo que no le viene de ayer, ya que cuando era un niño, emigrante en el barrio parisino de Sant Denis, ya escuchaba repetidamente a Joselito y a Antoñita Peñuela a base de reproducir dos cintas de casete que compró un verano en España.

Finalmente regresó a nuestro país para hacer el servicio militar y fijó su residencia en Aldeanueva de la Vera. Allí intentó formar parte de la rondalla, sin que le hicieran caso. Poco después se trasladó a vivir a Navalmoral de la Mata, sin que tampoco encontrara acomodo musical, hasta que formó parte de una orquesta, que abandonaría "porque la gente en las verbenas no te escucha". Es ahora, a los cincuenta años, cuando acaba de sacar al mercado su primer disco con el título genérico de Cajita de Amor y el nombre artístico de El Antonio .

Ocho canciones configuran su primer trabajo discográfico, cuatro de ellas compuestas por él mismo, dentro del género flamenco pop. El resto de temas son granaínas , alegrías, fandangos y serranas.

El Antonio confiesa que está dispuesto a seguir con su profesión y a matar el gusanillo musical "asistiendo a las galas que me llamen y a seguir componiendo".