"Coria no está aprovechando los recursos turísticos que tiene", según aseguró ayer Jorge Daríes, responsable de Mazars Turismo Servicios Profesionales SL, una empresa madrileña que ha elaborado un estudio sobre la gestión turística en la ciudad. Esta investigación, financiada por el Plan de Dinamización Turística, ha aportado resultados preocupantes para los caurienses, ya que revela que queda mucho por hacer en este área.

No obstante, también se recoge que Coria cuenta con numerosos atractivos relevantes, especialmente monumentales, que lo único que requieren es más atención. Además, la cercanía de la ciudad con comarcas como la Sierra de Gata y Las Hurdes la convierten "en un escenario idóneo para atraer a turistas".

Los resultados del estudio, que se hicieron públicos en un acto público en el salón de plenos del ayuntamiento, desvelan además que la oferta turística de Coria se limita a tres celebraciones al año: San Juan, Semana Santa y el Jueves Turístico de agosto. "No se saca rentabilidad a otros recursos importantes", expuso Daríes.

Carencias

El estudio, basado en un trabajo de campo y en encuestas, también destaca que Coria presenta una larga lista de carencias en infraestructuras. Una de ellas son sus "dificultosos" accesos. A esto se suman las continuas deficiencias en el suministro de luz y abastecimiento de agua, así como la falta de señalización y de un párking. Coria suspende en infraestructuras, pero aprueba en actitud, pues, "la población es amable con el visitante".

Las plazas hoteleras limitadas --sólo 160-- provocan que "el turista pase de largo". Este dato está apoyado por los 52.019 turistas que pasaron por Coria en el 2004, una cifra que es imposible de absorber por un hostal y tres hoteles, uno de ellos a punto de abrir. "La oferta hotelera es insuficiente tanto en cantidad como en calidad", concluye el estudio.

Rehabilitar el casco histórico y la muralla, ampliar los horarios de visitas a lugares de interés, fortalecer el turismo rural y de naturaleza, programar más actividades lúdicas, organizar nuevas rutas y circuitos, aprovechar el río y crear una mesa de turismo son algunas de las soluciones que propone el estudio.