Esta pequeña localidad está situada en lo alto de un cerro y reparte su territorio entre dos zonas muy diferenciadas. Al norte se puede divisar la dehesa mediterránea con encinas, alcornoques, retamas y jaras, el río Alagón marca la frontera natural del municipio. Al sur el regadío, con el tabaco, el maíz, la huerta y el ganado siempre presentes en lo que otro tiempo fue dehesa profunda, con el cerro de la Mesa y el río Jerte a lo lejos. Esta población cacereña es una de las que componen la comarca de Plasencia.

Dice una leyenda que cuentan en el pueblo que el nombre de Valdeobispo se debe al hecho de que el Obispo de Coria en una visita pastoral se alojó en una posada y al preguntar al posadero cuánto se debía, éste respondió: "de balde, obispo". Sin embargo, la hipótesis que parece ganar más fuerza es la que postula que el nombre se debe a que Valdeobispo es casi paso obligado hacia el norte a través del valle del río Alagón. El Obispo de Coria en su devenir hacia las parroquias de Salamanca adscritas a su diócesis, no tendría más remedio que franquear el paso a través de este pueblo. Valle del Obispo derivaría con el tiempo a Valdeobispo.

El origen de la localidad se puede situar entre los siglos XI y XIII, en plena Reconquista. En 1180 es reconquistada Plasencia, ciudad cercana, por Alfonso IX de Castilla. Galisteo, a pocos kilómetros de Valdeobispo, sería un asentamiento musulmán en este momento, como demuestran sus imponentes murallas almohades. Las tierras a las que pertenece Valdeobispo parece ser zona fronteriza entre cristianos y musulmanes durante un tiempo, hasta que definitivamente Galisteo es reconquistada por el Reino de León. Este es el momento en el que surge el pueblo, posiblemente como un asentamiento en plena frontera en el afán repoblador del rey leonés de las tierras reconquistadas a los musulmanes. Valdeobispo es adscrito en este momento al Señorío de Galisteo, gobernado por un noble con derecho absoluto sobre tierras, enseres y personas, situación en la que permanecerá hasta mediados del siglo XIX.

En la historia de Valdeobispo tienen mucha importancia sus pozos y fuentes. Se comenta que ya en antiguos tratados se citaban estas aguas como reconocidas por su alta calidad y su efecto beneficioso para la salud. Todavía existe una veintena de pozos en el pueblo y los alrededores, además de los ya desaparecidos. Las lagunas también forman parte importante en la vida de Valdeobispo, que sirven fundamentalmente para el abastecimiento de agua al ganado. Aunque también se le dieron otros usos, como la pesca, y lugar de baño cuando empezaba a apretar el calor. Hay unas siete en todo el municipio.