El Casco Histórico de Coria ha vuelto a ser objeto de un acto vandálico que ha afectado a las plantaciones y maceteros que se encuentran ubicados en la plaza de la Cava, junto a un emblemático monumento como es el castillo. Durante la madrugada del 1 de enero, una o varias personas han tirado los maceteros de grandes dimensiones en los que hay plantados árboles de laurel en forma de bola. Unos daños que han vuelto a repetirse puesto que hace un tiempo sucedieron unos hechos similares en el mismo lugar. Incluso, en aquella ocasión, sus autores llegaron a tirar los árboles hasta el agua de la fuente que hay en la plaza. Los destrozos de la madrugada de ayer, han vuelto a originar un gran malestar entre los ciudadanos y el propio alcalde, José Manuel García Ballestero, denunció los hechos e hizo un llamamiento a la ciudadanía pidiendo su colaboración con el fin de poder identificar al autor o autores. «Si alguien ha visto algo, por favor que contacte con la Policía local», afirmó.

Los actos vandálicos de los que son objeto la localidad cauriense y, principalmente, el casco histórico, llevó al Ayuntamiento de Coria hace un tiempo a plantearse la posibilidad de instalar cámaras de seguridad en lugares puntuales. Una iniciativa para la cual el alcalde y miembros del equipo de gobierno municipal ya han mantenido varias reuniones junto con técnicos municipales y policía local. «Conservar mejor nuestro patrimonio ante los actos de vandalismo es nuestro principal objetivo», afirmaba en aquella ocasión el alcalde.

El pasado mes de marzo, la zona antigua fue objeto de vandalismo transformado en numerosas pintadas de gran tamaño en los muros que se encuentran junto a la catedral, con actos que el propio alcalde calificó de «incivilizados». A estos hechos hay que sumar también los acontecidos en los alrededores de la catedral con la aparición de residuos de basura convirtiendo un espacio emblemático en un estercolero. Ante todo esto, el ayuntamiento recalcó que el turismo es uno de los motores económicos de la cuidad y recordó que cada año el arreglo de destrozos le cuesta unos 60.000 euros a las arcas municipales.