Los vecinos de Arroyo de la Luz dieron ayer su último adiós a Cándido Carrero Collado, el policía municipal, de 45 años, que falleció la madrugada del martes tras ser brutalmente golpeado en la cabeza por un caballo en plena carrera durante la fiesta del Día de la Luz el lunes. Minutos antes de las once de la mañana un coche fúnebre trasladaba los restos mortales del agente desde el tanatorio del pueblo hasta la Iglesia Nuestra Señora de la Asunción donde esperaban decenas de vecinos y amigos. La lluvia y el frío se sumaron a la desolación que reflejaban los rostros de las cientos de personas que poco a poco iban congregándose alrededor de la parroquia para recibir a los familiares del agente, entre éstos, su esposa, María de la Luz, y su hijo, Carlos.

La tristeza quedaba patente en las lágrimas de los compañeros de trabajo de Cándido, que estuvieron acompañados por numerosas autoridades, entre éstas el consejero de Administración Pública y Hacienda, Angel Franco; la vicepresidenta de la Junta, Dolores Pallero; el Subdelegado del Gobierno, Fernando Solís; la Secretaria Primera de la Asamblea de Extremadura, Emilia Guijarro; y el alcalde, Santos Jorna, entre otras personalidades que se trasladaron hasta Arroyo para acompañar a la familia y transmitirle sus condolencias en estos momentos duros. Después, los restos mortales del agente local fueron trasladados hasta Cáceres para ser incinerados.