Es un acontecimiento muy bonito y es emocionante que los matrimonios lo hagamos juntos", dijo Benigno Alvarez, que ayer volvió a sellar y reafirmar su amor por Amalia Rubio, su esposa, después de veinticinco años de casados. Este matrimonio es uno de los veintidós que ayer celebraron sus bodas de plata en la iglesia parroquial de La Asunción, de Montehermoso. Dos de estas parejas procedían de Guijo de Galisteo y el resto del pueblo que acogía la celebración. Benigno Alvarez y su mujer Amalia Rubio fueron de las pocas parejas que optaron por repetir el sí quiero vestidos con los trajes típicos de montehermoseños.

Recuerdos

Gaudencio Gordillo y Ester González también se casaron el 21 de agosto del año 1979. La mujer no ocultó su nerviosismo y reconoció que este momento "me trae a la memoria recuerdos muy bonitos". Más tranquilo estaba su marido, que dijo que estaba más nervioso la primera vez que se casó en 1979.

A las seis de la tarde los veintidós matrimonios, acompañados por el obispo de la diócesis de Coria-Cáceres, Ciriaco Benavente, cuatro sacristanes y cinco sacerdotes, entraron en la iglesia para decir el mismo sí quiero que hace veinticinco años. Las parejas portaban rosas rojas como símbolos de amor. La eucaristía fue oficiada por Ciriaco Benavente, que destacó la fidelidad y el compromiso mantenido por los matrimonios y dijo compartir la alegría de la que disfrutaban los presentes. Los coros de Montehermoso y Guijo de Galisteo cantaron la misa extremeña.

Pilar Jiménez ha sido de alguna manera la creadora de esta idea que ha unido a los matrimonios en la celebración de sus bodas de plata. Jiménez también cumplía sus veinticinco años de su Consagración al Señor como religiosa de la Comunidad del Sagrado Corazón. "No quería hacer mi celebración sola y se me ocurrió que estos matrimonios se unieran, ellos renovaban su amor en pareja y yo mi amor al Señor", explicó. Y deseó que el día de ayer ojalá sirva de precedente en el 2005.