Antonio Moreno está dedicado en cuerpo y alma al trabajo de la alfarería y es el único artesano que elabora tinaja de grandes dimensiones en la región. Confiesa que aprendió esta técnica de su padre y de su abuelo con 12 años. Recientemente ha ganado un concurso de artesanía en una feria de su pueblo natal.

--¿Vive de la alfarería?

--Siempre, igual que mi padre y mi abuelo. Pasaron una época muy mala pero lo consiguieron.

--¿Dónde vende sus productos?

--Nos demandan de todos los sitios de España y Europa. Donde más clientes tenemos es en Cataluña, Valencia y Madrid. La mayoría son empresas de viveros, jardinería y decoración. También para el vino y para muchas tiendas pequeñas de alfarería.

--¿Tiene gente empleada?

--Ahora mismo trabajo solo. No tengo empleados porque no resisten trabajar aquí dos o tres años aprendiendo. Fuera les dan unos sueldos muy grandes y nosotros no podemos competir con según qué sueldos. Además, nosotros estamos enseñando a un aprendiz y encima pagándole cuando en realidad deberían de pagarnos a nosotros por enseñar a alguien.

--¿La alfarería es fácil de aprender?

--Es una técnica que para aprenderla se necesita mucho tiempo y hay que dedicarle todos los días. Yo de pequeño cuando venía del colegio me quedaba en el taller viendo a mi padre trabajar. Para aprenderlo bien y hacer bien una pieza en condiciones necesitas dos o tres años como mínimo.

--¿Hay suficientes ayudas para el sector por parte de las administraciones?

--Sí. Además muchas de las ayudas merecen la pena porque te permiten modernizar y adquirir nueva maquinaria.