Se trata de una localidad que dedica curiosos monumentos, como el del soldado caído, en conmemoración a la guerra de Marruecos, o el monumento y fiesta del árbol, acontecimiento que remonta en el pasado hacia el siglo XIX.

En el área más oriental de sierra de Gata, limitando con tierras hurdanas, se encuentra el Valle del Tralgas, bañado por el río del mismo nombre e integrado por las localidades de Hernán Pérez, Torrecilla de los Angeles y Villanueva de la sierra.

Entre sus muchas extensiones de olivos es posible ver algún que otro campo de viñas y tierras dedicadas al cultivo de cereales.

Descansa sobre la falda noroccidental de la sierra de Dios Padre, que ofrece a unos 950 metros aproximadamente unas vistas inmejorables. Se divisan, en días claros, cerca de 80 pueblos.

Sus calles, generalmente, son anchas y rectas, y guardan algunas sorpresas, como la llamada fuente del Palacio, y frente a ella una gran casa que se conoce con el nombre de Palacio de los Condes de la Encina, con un blasón representado por un león y un árbol. También se puede encontrar alguna que otra casa heráldica y viviendas populares.

PATRIMONIO RELIGIOSO

Su patrimonio religioso está representado por la iglesia de La Asunción, del siglo XVI, y su torre campanario a la que se accede por una escalera de caracol de cantería. El interior de la iglesia es amplio, un arco triunfal da paso a la capilla mayor.

La capilla bautismal, del siglo XVI, se encuentra bajo el coro, ocupa la parte inferior de la torre y junto a ella la escalera de caracol. En ella se guardan piezas de interés, como la propia pila, un crucificado pequeño del siglo XVIII y un Cristo yacente.

De su platería destaca el copón renacentista del siglo XVI, la cruz procesional de plata y una custodia, estas dos últimas del siglo XVII. Es toda una obra de arte el retablo mayor, fechado en el siglo XVII, de estilo clasicista y madera dorada que embellece el presbiterio. Cobija tallas como la de la Asunción de la Virgen, el Calvario o San Juan.

Curioso es el púlpito de piedra del siglo XVI, que está decorado con tracerías góticas. Se trata de un templo de considerables dimensiones, de planta rectangular, que se estrecha en la cabecera creando un ábside cuadrado. El acceso a él se realiza mediante dos portadas.

La torre de la iglesia, de planta cuadrangular, está construida en piedra sillar y forma parte de una de las mejores y más airosas torres que se conservan en toda la provincia cacereña.

No hay que olvidar mencionar también la ermita de Dios Padre, que se encuentra en la sierra que lleva este mismo nombre.