En la pequeña localidad de Casas de Don Gómez todavía se hacen en invierno las tradicionales matanzas del cerdo y huele a brasero de picón, pero poco queda ya de la siembra a voleo o de la vacunación multitudinaria de las vacas en el corral grande de Olegario.

La mayoría de las tradiciones se han perdido con el paso de los años, pero afortunadamente se conservan en el libro Vivencias , ambientado en los años 50 y 60 y escrito por Pedro Terrón, maestro que en la actualidad ejerce en el colegio Gonzalo Encabo de Talayuela. Terrón, que ejerció su profesión en Moraleja, Calzadilla, Eljas y en la zona de Malladas, repasa en las hojas de Vivencias los días de fiesta grande en el pueblo o las costumbres más arraigadas entre las mujeres y hombres del campo. "Los rebaños eran cuidados por pastores, solían ser gente muy pobre del pueblo y con varios hijos de familia. Me acuerdo de uno en especial, el tío Antonio Massau", explica Pedro Terrón, quien dedica el documento a todos los vecinos de Casas de Don Gómez.

La idea de sellar sus recuerdos en un libro, surgió cuando paseaba por las calles de Talayuela. Entre paso y paso, Terrón iba recordando los detalles de las matanzas, las ferias, la recogida de la aceituna en las mañanas frías de noviembre y diciembre, además de los festejos en honor a San Nereo o la celebración de la fiesta de los quintos cada Navidad. "En mi quinta fuimos invitados por los de Casillas de Coria a pasar con ellos La Nochevieja", añade. El libro contiene ilustraciones en las que aparecen aperos de labranza como el trillo o el tajo. "Las cosas en el pueblo han cambiado mucho", recuerda con añoranza Terrón, que ya ha presentado el libro a todos los vecinos de Casas de Don Gómez.