La Vera revivió anoche sus tradiciones con la celebración de las fiestas de La ¡Viva!, ¡Viva!, Los Escobazos, Las Luminarias y Los Campanillos. Ante mucho público, estaba previsto que todas estas fiestas de marcado origen mariano, se prolongaran hasta bien entrada la madrugada de hoy en Aldeanueva, Jarandilla, Madrigal y Guijo de Santa Bárbara.

Nada más caer la tarde, las calles de estas cuatro localidades se llenaron de vecinos y visitantes deseosos de participar en unas fiestas en las que se mezcla lo religioso con lo pagano. Sin duda el buen tiempo contribuyó a la potenciación del ambiente callejero, pese a que la temperatura reinante en la zona era más bien baja: 5,7 grados marcaban los termómetros en Aldeanueva de la Vera a las 20.45 horas de ayer.

Media hora antes había comenzado la cabalgata en la que participaron cuarenta y siete cabalgaduras, cuyo capitán portaba el estandarte de la Purísima Concepción, mientras las calles del pueblo se encontraban llenas de hogueras, en las que vecinos y visitantes daban buena cuenta de licores y panceta asada, que eran degustadas al calor producido por la combustión de la leña de roble repartida por el ayuntamiento. Para crear más ambiente de época, el casco antiguo estuvo iluminado durante algún tiempo por antorchas.

Siguiendo el trazado de la carretera Ex-203, a pocos kilómetros de Aldeanueva de la Vera aparecía Jarandilla, tras coronar el montículo del paraje de La caseta. Desde esta zona ya se divisaba el humo por encima de los tejados, mientras las llamas de los escobones encendidos se reflejaban en el encalado blanco de las paredes.

En el interior del casco urbano el bullicio y el humo aumentaban considerablemente, ya que, según los cálculos que manejaba al cierre de esta edición el concejal de comunicación del ayuntamiento, Pablo López, "ahora mismo puede haber unas 15.000 personas disfrutando de Los Escobazos, declarados de Interés Turístico Regional".

Ascendiendo por la montaña, dirección norte, Guijo de Santa Bárbara tocaba Los Campanillos , mientras Madrigal se reunía en sus calles en torno a las Luminarias.