Tarazona es una ciudad pequeña y antigua… Cruzando sus calles con arquillos y retablos, con caserones de piedra llenos de escudos y timbres heráldicos, con altas rejas de hierro de labor exquisita y extraña, hay momentos en que se cree uno transportado a Toledo, la ciudad histórica por excelencia». Con estas palabras, Gustavo Adolfo Béquer describía su visita a Tarazona durante su estancia desde finales de 1863 hasta octubre de 1864 en el cercano monasterio cisterciense de Veruela, donde el poeta escribió sus famosas Cartas desde mi celda y se inspiraron algunas de sus Rimas y Leyendas.

Lo que Béquer encontró en Tarazona en pleno siglo XIX es parecido a lo que espera al visitante, dos siglos después, en esta coqueta ciudad de la provincia de Zaragoza, situada a los pies del macizo del Moncayo, a escasos 89 kilómetros de la capital aragonesa y muy cerca de la frontera con La Rioja y Castilla y León.

Tarazona cuenta con un patrimonio huella de la importancia que la ciudad tuvo desde época romana y durante los siglos posteriores. El yacimiento de Turiaso atestigua los orígenes de esta ciudad milenaria en la que dejaron su impronta distintas culturas. Además de su urbanismo medieval (con una impresionante judería), palacios renacentistas, e iglesias y conventos de distintas épocas y estilos arquitectónicos, existen edificios singulares que merecen una visita sosegada, ya sea en una escapada de fin de semana o en unas largas vacaciones.

Especialmente reconocida es la Catedral de Santa María de la Huerta, joya del arte mudéjar en Aragón. Declarada bien de Interés Cultural en 2002, en ella se encuentran ejemplos de la convivencia del más puro gótico francés, con el mudéjar y con elementos renacentistas únicos en Europa, de ahí que esté considerada como la Capilla Sixtina del renacimiento español.

La seo comenzó a construirse a mediados del siglo XII y ha sufrido numerosas remodelaciones a lo largo de su historia, que han dado lugar a una original y variada mezcla de estilos con elementos de pintura mural únicos en Europa.

Si hay algo que diferencia a esta catedral del resto son los hallazgos arqueológicos y artísticos que se desencadenaron durante su completa restauración, dilatada a lo largo de 30 años y que finalizó con la reapertura del templo en el 2012.

Otros lugares de interés en la ciudad son el Palacio Episcopal del siglo XVI o la Plaza de Toros Vieja, única en el mundo por su planta octogonal y porque está habitada. Además destacan el Teatro de Bellas Artes donde cada mes de agosto se desarrolla el Festival de Cine de Comedia de Tarazona y el Moncayo ‘Paco Martínez Soria’, o la antigua Lonja mercantil del siglo XVI que hoy alberga el ayuntamiento y constituye uno de los edificios más representativos del renacimiento aragonés.

Mención especial merece el friso de la fachada consistorial, en el que figura la entrada triunfal en Bolonia de la cabalgata de Carlos V para ser coronado emperador. Este elemento decorativo fue el germen de las Jornadas de la Coronación del Emperador que la ciudad celebra cada mes de junio con la recreación de este episodio histórico, junto a otras muchas actividades y un mercado renacentista.

Además, la oferta cultural y turística de Tarazona no deja de renovarse. El último edificio en incorporarse a la ruta monumental por la ciudad ha sido la Mezquita de Tórtoles, una auténtica joya del patrimonio de Tarazona del siglo XV que ha sido sometida a un proceso de restauración integral que ha permitido descubrir la belleza y el brillo que tuvo en el pasado.

Este edificio es un ejemplo único de conservación de las antiguas mezquitas rurales. De hecho, es, junto a la de Calatorao, la única mezquita de estas características que se conserva en Aragón.

TURISMO ACTIVO

Los amantes de la naturaleza y el turismo activo también encontrarán mucho que hacer y disfrutar en Tarazona, gracias a la proximidad con el Moncayo (2.315 metros) y su parque natural que atrae cada año a miles de visitantes.

Una buena forma de conocerlo son los recorridos interpretativos 4x4 que oferta el Ayuntamiento de Tarazona durante todo el año y en el que se pueden contemplar las peculiaridades del paisaje en cada estación y su magnífico hayedo (Información y reservas en el 638 98 45 72 o en monitormedioambiental@tarazona.es). Este paraje natural es también un lugar idóneo para la práctica del senderismo, cicloturismo o deportes de aventura como la escalada. La red de senderos de la comarca suma 278 kilómetros distribuidos en un total de 51 rutas perfectamente acondicionadas.

Tarazona también es una ciudad que se saborea y disfruta con los cinco sentidos. Conocida por productos autóctonos como los chordones o la chicoria, las sabrosas recetas de sus establecimientos y sus alimentos de elaboración artesanal (aceites, quesos, mermeladas y mieles), la cocina moncaína ha resurgido en los últimos años gracias a iniciativas y actividades en torno a productos naturales de gran valor como las setas o la trufa. M