Las denominaciones de origen constituyen en cierta forma la punta de lanza de los alimentos y materias primas de la gastronomía extremeña. Al estar regulados ofrecen al consumidor una garantía de su calidad y origen. Son sólo una muestra de la gran variedad y calidad de los productos agrícolas y ganaderos de la región. Las Denominaciones de Origen Protegidas extremeñas Jamón Dehesa Extremadura, Torta del Casar, Queso de La Serena, Vino Ribera del Guadiana, Cerezas del Jerte, Queso Ibores, Pimentón de la Vera, Aceite de Monterrubio, Aceite de Oliva Gata-Hurdes, Miel Villuercas-Ibores. La región también cuenta con tres Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP), Corderex, Ternera de Extremadura y Vinos de la Tierra Extremadura. Estos, y otros tantos productos de nuestra región, están sufriendo la crisis derivada por la Pandemia del Covid-19.

Por ello, desde la Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Población y Territorio de la Junta de Extremadura, hacemos un llamamiento a toda la sociedad extremeña para que consuma dichos productos, sobre todo a nivel regional y poder paliar en la mayor medida posible las graves consecuencias económicas que pueden sufrir nuestros productos más reconocidos a nivel internacional. De esta manera podremos frenar el gran impacto que supone para el mercado de productos de la región el cierre parcial de los negocios de hostelería.

Lograr una denominación de origen o una indicación geográfica protegida no es fácil. Hay que superar unos niveles de exigencia muy altos, así como llegar a unos estándares de calidad. El pliego de condiciones es muy estricto y debe incluir: el nombre de la denominación de origen, la descripción del producto, sus principales características físicas-químicas-microbiológicas-organolépticas, la delimitación de la zona geográfica, la vinculación entre el producto y la zona geográfica, la descripción del proceso de elaboración, la información sobre el envasado, las normas de etiquetado aplicables, el nombre y domicilio de las autoridades u organismos encargados de las distintas verificaciones, etcétera. Muchos alimentos extremeños tienen los niveles de excelencia suficientes para conseguir alguno de estos marchamos de calidad. El proceso es largo y complejo, pero el beneficio enorme. Ahora es el momento de consumir más que nunca los alimentos de la tierra, dando ejemplo como extremeño y como consumidor de que apostamos por la excelencia.