Quizá un buen momento para acercarse a Tarazona sea el 27 de agosto, cuando una lluvia de tomates acompaña la salida del Cipotegato y la ciudad estalla en júbilo para dar comienzo a sus festejos de San Atilano. Declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, el Cipotegato es la tradición más universal de Tarazona. Cada 27 de agosto, a las doce en punto del mediodía, el mítico personaje encapuchado y vestido de arlequín irrumpe en la plaza del ayuntamiento para efectuar una carrera a pie por las calles de la localidad mientras es perseguido por la muchedumbre que le arroja tomates. De regreso a la plaza, es aupado por la multitud al monumento erigido en su honor frente a la casa consistorial. Desde 1987, el Cipotegato es elegido anualmente en un sorteo realizado entre los jóvenes de la población.