A medida que crecen los casos de miopía, hipermetropía y/o astigmatismo, cada vez son más las personas que optan por tratamientos que corrijan estos defectos refractivos.

Las gafas y las lentillas son las soluciones temporales más recurridas, sin embargo, aquellos pacientes que buscan una corrección definitiva optan por la cirugía refractiva.

“Es muy agradecido operarse ya que para nuestros pacientes supone un antes y un después el dejar de depender de las gafas y las lentes de contacto”, destaca el doctor José Manuel Guerra Crespo, director médico de la clínica oftalmológica OftalvistCáceres.

Este tipo de intervención se puede realizar con láser, o bien con lentes intraoculares fáquicas. La elección de una técnica u otra dependerá de varios factores que un especialista oftalmólogo evaluará tras un exhaustivo examen oftalmológico realizado en consulta. “Con las lentes ICLpodemos corregir hasta 18 dioptrías de miopía y 10 de hipermetropía. Sin embargo, el rango de dioptrías ha aumentado y pacientes hoy con 3 dioptrías también pueden someterse a este tipo de corrección quirúrgica obteniendo una gran calidad visual”, señala el doctor.

Entre los criterios que deben cumplir los pacientes para esta cirugía con lentes intraoculares “se excluyen a pacientes con patología retiniana o cierta patología corneal”. “Además”, subraya el doctor,“realizamos un completo estudio donde medimos todos aquellos parámetros que nos indiquen que introducir la lente dentro del ojo es seguro, por ejemplo, la distancia entre la parte interna de la córnea, el endotelio y el cristalino”.

Para el doctor Guerra Crespo “una de las grandes ventajas”, de las lentes ICL, además de la gran calidad visual que aportan, “es que son reversibles, ya que no se extrae el cristalino y, por tanto, en cualquier momento se pueden retirar, como por ejemplo si cambia la graduación y, poner otra en su lugar”.

Las lentes ICL también son adecuadas para aquellos pacientes que busquen un procedimiento que no produzca ojo seco, además cuentan con un filtro ultravioleta para la protección de los rayos del sol.

La cirugía es ambulatoria y se realiza con anestesia local. La cirugía no dura más de 15-20 minutos y antes de ser implantada la lente se le pone al paciente unas gotas anestésicas para reducir al mínimo cualquier incomodidad. "Primero realizamos una pequeña incisión en la córnea por donde insertaremos la lente, una vez colocada, ésta se despliega y coloca en el ojo del paciente”, describe el doctor.

Tras la intervención, que no requiere ingreso hospitalario, el paciente vuelve a casa el mismo día, para guardar reposo relativo y con instrucciones claras para el tratamiento postoperatorio con colirios que deberá aplicarse en los siguientes días.

Además, en las pertinentes revisiones postoperatorias, el especialista comprobará que la lente esté bien colocada y se cumplen todos los criterios de seguridad. “La reincorporación al día a día es casi inmediato al ser un procedimiento poco molesto, además de conseguir a los pocos días una gran nitidez”, añade el doctor.