La pandemia provocada por el covid-19 ha puesto a prueba a la sociedad y a los sistemas sanitarios, provocando un riesgo añadido a la población sobre todo a los grupos más vulnerables. Por eso ahora más que nunca debemos extremar las precauciones y ser más prudente en relación con el uso que hacemos de los medicamentos. Concepción Carmona, subdirectora de Gestión Farmacéutica del Servicio Extremeño de Salud (SES) alerta sobre el mal uso que se suele hacer de las medicinas y que en la actual situación de alerta e incertidumbre puede tener importantes consecuencias. La sobreexposición informativa, la automedicación inadecuada y la acumulación de medicamentos son prácticas a evitar no solo en estos momentos, sino siempre.

«Las redes sociales tienen un gran impacto en la sociedad y se vierte en ellas información no contrastada o directamente dañina. Un ejemplo es el consejo de beber o inyectarse lejía o alcohol para prevenir el covid, totalmente peregrino. Hay mucha desinformación y las autoridades sanitarias nacionales e internacionales han tenido que tomar medidas al respecto», explica Carmona.

La excesiva información en relación con la pandemia, muchas veces no contrastada, puede confundir a los ciudadanos. Las redes sociales son un hervidero de noticias imposibles de verificar, donde podemos encontrar ‘tratamientos milagro’ o sin la suficiente evidencia de su eficacia y seguridad. Ahora más que nunca, por seguridad, debemos recomendar a los ciudadanos que utilicen fuentes de información provenientes de autoridades sanitarias y sigan los consejos de profesionales sanitarios.

También hay que tener cuidado con la automedicación. Muchas personas utilizan medicamentos de prescripción médica sin que se lo haya indicado o prescrito un profesional sanitario.

A ello se suma la acumulación de medicamentos en casa, otra práctica muy habitual en nuestra sociedad, ha demostrado ser una fuente importante de problemas de seguridad para las personas. Existe el riesgo de confundirse, de utilizarlos cuando no es necesario porque «en otra ocasión me fue bien para síntomas similares». No pueden utilizarse sin la información adecuada y muchos de ellos sin la prescripción o indicación de un profesional sanitario.

El problema se agrava con los medicamentos a los que se puede acceder sin prescripción médica en las oficinas de farmacia o incluso otro tipo de preparados como las infusiones de hierbas para inducir al sueño que pueden interferir con los medicamentos y causar reacciones adversas.

Todo se suma a esta situación de incertidumbre y alerta general de la ciudadanía. «Hay medicamentos de uso muy extendido, a los que los ciudadanos solo les confieren beneficios, por ejemplo los protectores gástricos», explica Carmona.

La subdirectora de Gestión Farmacéutica concluye que el ciudadano está acostumbrado a medicalizar cualquier síntoma por leve que sea y en la mayoría de las ocasiones no es necesario hacerlo.