"Las matemáticas forman parte de la vida". Con esta premisa --habitual entre quienes enseñan esta asignatura pero que, sin embargo, los alumnos no terminan de creerse del todo--, el profesor extremeño Mariano Real ha ideado un programa informático que acerca dicha ciencia a la realidad y, más concretamente, a la realidad de Extremadura.

A partir de su propia experiencia (trabajaba hasta hace poco en un instituto de secundaria de Monesterio), Mariano ha confirmado que los alumnos aprenden mejor cuando palpan lo que se les explica. "Si pretendo que calculen la altura de un edificio, por ejemplo, entienden mucho mejor el método si les llevo a verlo que si únicamente se lo dibujo", explica.

Pero cualquier maestro sabe perfectamente que llevar a los estudiantes hasta el edificio no siempre es tarea fácil, por lo que este emprendedor docente ha optado por invertir la tarea y llevar el edificio hasta los estudiantes . Eso es lo que pretende el programa Matemáticas para tercero de la ESO , que plantea problemas matemáticos sobre diversos aspectos regionales (monumentos, personajes históricos...), aportando datos reales.

De este modo, el alumno calcula, por ejemplo, cuál es el ritmo de crecimiento vegetativo de La Cardenchosa o cuánto mide una de las columnas del Teatro Romano de Mérida, sin moverse del aula. Milagros de la informática. Pero antes Mariano ha tenido que recorrerse Extremadura para recopilar datos e imágenes. Muchos kilómetros y pocas ayudas para llevar a cabo un proyecto que, a pesar del esfuerzo, le llena de satisfacción: "Ha merecido la pena. Yo soy extremeño, pero muchas veces no sabemos las maravillas que tenemos", comenta orgulloso.

Junto a él, Angela Eugenia Iglesias, Abilio Corchete y Andrés Ruiz --también profesores-- han colaborado para sacar adelante la iniciativa. Tras un año y medio de viajes, redacción de ejercicios, digitalización de los contenidos, etcétera, cualquier docente de la región puede ya utilizar el programa (está colgado en la plataforma virtual Educarex, de acceso gratuito).

A través del mismo, los estudiantes extremeños abordarán la tradicional asignatura hueso de una manera más entretenida, al menos en principio. De ello está más que convencido su principal promotor, que destaca como el aspecto más llamativo de su implantación: "la cara que se les queda a los alumnos cuando aparece un problema en el que sale su pueblo".

Así, a la vez que de números, los chavales aprenden también a conocer su tierra. Un privilegio reservado, por ahora, a los alumnos de tercero de la ESO, si bien Mariano planea ya adaptar el programa a otros edades. Y es que, en su opinión, la efectividad del método no acepta discusión: "Los alumnos se divierten tanto resolviendo los casos prácticos, que después no se creen que hayan estado trabajando con las matemáticas".