El Gobierno británico priorizará el acceso de los trabajadores más cualificados al país tras el Brexit, según un sistema de puntos que el Ejecutivo de Boris Johnson prevé presentar este miércoles. El plan pretende también "poner fin a la dependencia de obra de mano barata de Europa", asegura.

Las altas tasas de inmigración desde la Unión Europea ha sido uno de los argumentos más socorridos tras el voto en el referéndum en el 2016 para abandonar la Unión Europea, que pretende rebajarlos drásticamente.

El nuevo sistema de aceptación asignará puntos para determinadas habilidades, cualificaciones, salarios y profesiones y solo dará visas a los que tengan suficientes puntos. Entrará en vigor el 1 de enero del 2021 y tratará igual a los europeos y los no europeos.

"Por primera vez en décadas, el Reino Unido tendrá control total sobre quién llega a su país y cómo funciona el sistema de inmigración", sostiene el Gobierno en un documento sobre las políticas que avalan el plan.

Los europeos no necesitarán visa por estancias inferiores a seis meses.

El Ministerio de Interior (Home Office) afirma que seguirá las recomendaciones hechas el mes pasado por el comité consultivo sobre inmigración (MAC), un organismo independiente que asesora al gobierno , como rebajar el salario mínimo para trabajadores cualificados de 30.000 libras (36.000 euros) a 25.600 (30.827 euros). Estos deberán también reunir criterios como determinadas destrezas y hablar inglés, y tendrán que tener una oferta de empleo.

No está prevista una ruta para trabajadores de baja cualificación, algo que el gobierno confía en que ayude a reducir la cifra de inmigrantes. El MAC estima que el 70% de los trabajadores europeos que han llegado al Reino Unido desde el 2004 no hubieran podido optar a una visa.