Buena escena la que vimos el otro día, en la nueva temporada de Cuéntame cómo pasó (TVE-1). Fue un lance particularmente luminoso. Llega Antonio (Imanol Arias) a la cárcel de Carabanchel. Está compungido, triste, porque se ha enterado de que han pillado a Don Pablo (Pepe Sancho), su exjefe, genio de la martingala y de la estafa, y le han metido entre rejas. Creyendo encontrarle en un estado lastimoso, Antonio le lleva ropa limpia, artículos de primera necesidad y hasta una mortadela.

Pero al entrar en la celda se encuentra con un Don Pablo estupendo: en lugar de estar en Carabanchel parece que esté en La Moraleja. En la mesa hay jamón pata negra, taquitos de queso manchego, vino de Rioja, coñac, humidificador de puros habanos, mantel de hilo, cristalería de cristal auténtico..., y los funcionarios le llaman de usted y le hacen reverencias. De piedra se queda el ingenuo Antonio Alcántara al ver el tren de vida que lleva en la cárcel su exjefe.

Y Don Pablo , que capta su sorpresa, le dice: "Por fortuna España no es la Unión Soviética. Aquí se respeta a los señores. En esta vida, Antoñito, hay que volar alto. Pero siempre con paracaídas. ¿Me entiendes Antoñito? Siempre con paracaídas".

Oportuno retrato el de este preso. Fíjense qué cosas: justo antes de emitir este capítulo de Cuéntame... , el Telediario-2 de TVE-1 nos había enseñado a los famosos Albertos, que vuelven a ser noticia porque el Tribunal Supremo se opone a su indulto por aquella estafa de 4.000 millones de pesetas en lo de las torres Kio y Urbanor.

O sea, que ahora es Aznar y su Gobierno quienes han de decidir, finalmente, si los autores de la estafa merecen el indulto, o merecen estar una temporada entre rejas. ¡Ah! en casa tenemos la impresión de que los Albertos, pareja de altos vuelos, conocen el arte del paracaídas a la perfección. Mucho mejor que ese Don Pablo de Cuéntame... , en el fondo tan antiguo, y tan chapucero.