Durante el siglo XIX, la región italiana de la Toscana se puso de moda entre los viajeros europeos, que visitaban la región, caían rendidos ante su belleza y compraban villas y palacetes. Siglo y medio después, con la Toscana y el Loira, paraísos del XIX, saturados de turistas, los europeos con dinero y gusto han puesto sus ojos en Extremadura y están comprando fincas, palacios y cortijos para habitarlos o convertirlos en hoteles rurales de lujo. A ellos se unen inversores españoles.

Ahí están el hotel Rocamador en Almendral, el hotel Convento de la Luz en Brozas, el castillo-restaurante de la Arguijuela, el alojamiento rural del castillo de Las Seguras, la casona El Trasquilón y la Casa de las Cigüeñas en Las Arenas de Malpartida de Cáceres, que serán hoteles de cuatro estrellas, o el palacio Topete-Escobar de Alcántara, que se convertirá en un hotel de tres estrellas.

PINTORES Y DECORADORES El fotógrafo inglés Michael Wray acaba de abrir un hotel rural en Extremadura. Este fotógrafo de Isabel Preysler, Cindie Crawford y otras famosas ha comprado y rehabilitado un cortijo con dehesa en Valverde de Leganés. El pintor Van der Linde es otro europeo, en este caso holandés, que ha decidido trasladarse a Extremadura tras comprarse una casa en Montánchez que ha convertido en estudio. Otros holandeses regentan una casa rural cerca de Trujillo, en el Pago de San Clemente. Más casos: el director teatral Juan Margallo, el decorador Pinto Coelho, el escritor Andrés Trapiello, la exministra Pilar del Castillo... Todos tienen un palacio o una bella casa campestre en Extremadura.

Diferentes inmobiliarias de la región se están especializando en la venta de fincas, palacios y cortijos a inversores extranjeros y españoles. Una de ellas es Alfa Inmobiliaria. Desde su oficina de Cáceres venden diversas propiedades rurales como la casa palacio construida en 1636 por el obispo de Badajoz monseñor Merino Malaguilla en la comarca de Zafra. Su precio es de 365.000 euros. En torno a esa cifra se mueven palacetes y quintas de alrededor de 500 metros cuadrados. A la agencia acaba de llegar un fax desde Barcelona: unos inversores holandeses estarían interesados en comprar una finca de 3.000 hectáreas en la región.

En Alfa Inmobiliaria venden la casona de la finca Los Cerralbos, a un paso de Trujillo. Rodeada de diez hectáreas, sombreada por una mancha tupida de cipreses, acacias, alcornoques... Situada entre llanos abundantes en caza y en aves como la avutarda o el sisón, la casa tiene un primer precio de 398.411 euros.

Su propietario es el economista trujillano Pepe Cortés. Estuvo a punto de vendérsela a un matrimonio holandés que ya tenía un proyecto para hacer un hotel rural con piscina, squash, minigolf y 16 habitaciones, pero alguna caja de ahorros puso pegas y la operación no fraguó. Los holandeses se han marchado a Portugal y Los Cerralbos está ahora en el punto de mira de un ejecutivo belga de una empresa de transportes.