Parece que finalmente será una realidad. Los cacereños hemos esperado doce años para tener un hospital nuevo que abrirá al completo, según las previsiones, el próximo martes. A partir de ese día comenzarán a funcionar las Urgencias y el bloque quirúrgico, servicios que se unen a las consultas externas, que se prestan en este complejo desde hace meses. El director gerente del Servicio Extremeño de Salud (SES), Ceciliano Franco, explica cómo ha sido todo el proceso, desde que se reinició la obra hasta que se ha conseguido su apertura. Un trabajo que define como «difícil y tortuoso», pero que ha vivido con ilusión porque el resultado suponía «dar a Cáceres las posibilidades asistenciales que se merece».

-Parece que al final los cacereños tendremos hospital, llevamos doce años esperando. ¿Cómo ha vivido esta última etapa?

-Es emocionante y un privilegio haber estado metido en esto desde el principio. En el 2007 fui director general de asistencia y vi empezar a ponerlo en pie, después cómo quedó la obra en el 2011 y cómo se ha evolucionado desde el 2015 hasta ahora. Ha sido un trabajo muy tortuoso y difícil.

-Uno se hace a la idea de la mudanza a otra casa pero ¿cómo se efectúa el traslado de un hospital?

-En 2015 asumimos una obra que estaba parada y ejecutada al 90%, era una parte pequeña de obra lo que faltaba para completarlo y volverlo a poner en marcha. Lo asumimos con mucha ilusión porque significaba darle muchas posibilidades asistenciales a Cáceres. Pero ha sido muy complicado por los problemas judiciales que supuso su reanudación (hubo varios recursos de las adjudicatarias), además el proyecto ya no se ajustaba a las necesidades porque se elaboró en 2006 y estábamos hablando de doce años después. Todo eso ha sido muy complejo, pero a la vez satisfechos porque ha sido un trabajo que no ha parado.

-La primera fase al completo abrirá el próximo martes. La fecha de apertura también ha sufrido retrasos porque la previsión era abrir en 2017…

-La obra tenía un periodo de ejecución de diez meses, se amplió seis meses y después volvimos a ampliar. Eso lo hemos vivido mal porque en realidad era una sensación de fracaso. Lo que se ha retrasado ha sido la finalización de la obra porque la apertura la teníamos programada así, progresiva y lenta porque no queremos interferir en la actividad asistencial. Sobre todo porque los técnicos nos decían que teníamos que tener muchas reservas con el estado de las instalaciones. Hasta hace seis meses no sabíamos que la climatización estaba bien, de hecho las primeras veces que la probábamos fallaba, se paraba todo. Tras varias investigaciones comprobamos que el problema era un equipo que llevaba puesto desde el año 2010.

-En estos momentos ¿las instalaciones funcionan correctamente?

-El principal problema fue lograr enganchar la subestación eléctrica a la red del hospital (la subestación está justo por detrás de Centro de Cirugía Mínima Invasión) y garantizar la seguridad del paciente a través de las instalaciones de climatización. Había muchas conducciones de aire y eléctricas que llevaban puestas mucho tiempo y no se habían puesto en funcionamiento nunca. Se han revisado muchísimas veces a través de unas cámaras que van observando su estado, para prevenir que no hubiera ninguna picada a través de la que se pudieran colar gérmenes, sobre todo en la zona de los quirófanos. De hecho, hasta que no se ha asegurado que los quirófanos estaban bien, han pasado muchos análisis.

-¿Cómo ha sido este tiempo con los tres hospitales abiertos?

-Es un riesgo porque el personal está disperso, aunque es verdad que el personal sanitario responde siempre estupendamente ante situaciones de crisis. También habrá profesionales dispersos ahora, por eso en los próximos dos o tres meses se necesitará atención máxima. Se ha incrementado la plantilla de profesionales para que cubran la atención del nuevo hospital, con el objetivo de no mermar la plantilla del San Pedro de Alcántara, como internistas, intensivistas, anestesistas,…

-¿Habla de las 160 personas que se han contratado?

-Sí, son enfermeros, técnicos de enfermería, de laboratorio, facultativos sobre todo para cubrir guardias en los dos centros, celadores y personal administrativo. Ha sido un esfuerzo importante, pero era necesario para que todo funcionara correctamente. Entre el personal se ha generado mucha ilusión, es verdad que ahora hay un poco de histeria porque los cambios siempre cuestan, pero el nuevo hospital ilusiona.

-¿Qué aporta el nuevo hospital a los pacientes?

-Con la apertura del hospital conseguimos darle a Cáceres algo que llevaba pidiendo hace mucho tiempo. Cáceres lucha por ser referencia sanitaria y aquí tiene el edificio y la capacidad técnica e instrumental para ser ese referente. Es un edificio moderno y funcional, pero además está dotado con una tecnología de última generación que permite que servicios que estaban en malas condiciones (neurocirugía, cirugía torácica, cardiología, hemodinámica,…) tengan ahora unas condiciones dignas de trabajo y muy buenas.

-Por primera vez se prestará el servicio de radioterapia…

-Estamos deseando que acaben los litigios entre las empresas para poder contar con los equipos de radioterapia y poner en funcionamiento el búnker. Va a suponer cerrar el círculo de tratamiento oncológico, que hasta ahora Cáceres no tenía.

-Al ser un complejo más grande, ¿ayudará a reducir listas de espera?

-A Cáceres le va a dar una capacidad quirúrgica que ahora no tiene, sus listas de espera son las más grandes de la comunidad. Y una capacidad técnica que la va a poner por delante del resto de las áreas sanitarias, incluso de Badajoz. Con el nuevo hospital hay posibilidad de aumentar la capacidad quirúrgica hasta el 40%, de hecho fundamentalmente se abre para eso, para que el paciente esté bien atendido en tiempo y forma.

-¿Cómo afrontan el martes, día del traslado?

-Con ganas. Ya era hora. Ahora solo hay que mirar para delante y que esto no pare. Afrontamos el reto de que funcione bien para que ayude a mejorar asistencialmente todos los datos, tanto desde el punto de vista de atención al paciente, como los objetivos, con las listas de espera. Sin olvidar que hay que seguir completando el hospital.

-El PP critica que vaya a haber dos hospitales con dos Urgencias porque puede confundir al paciente…

-Ahora también las hay, en el Virgen de la Montaña y en el San Pedro de Alcántara. En realidad lo único nuevo será las Urgencias del nuevo hospital, el único problema va a ser tener que trasladar a un paciente de un hospital a otro, pero esto va a ser una cuestión que en poco tiempo va a estar muy organizada. Hemos trabajado para que las Urgencias del San Pedro estén bien dotadas, aunque se prevé que su actividad baje en torno a un 30%.

-¿Qué hospital absorberá la mayor parte de las Urgencias?

-El San Pedro de Alcántara. La asistencia en el hospital universitario (nuevo hospital) será fundamentalmente quirúrgica y eso, en cifras, supone un 30% de la actividad en urgencias.

-¿Se ha estudiado cómo serán los traslados del San Pedro de Alcántara al nuevo hospital, porque hay que pasar por Miralrío, una vía con mucho tráfico?

-Tenemos tendencia a pensar que va a haber un trasiego de pacientes de un hospital a otro pero no será así porque la mayor parte de los problemas asistenciales se resolverán en el hospital en el que esté el enfermo. Solo algunos pacientes van a tener que ir de un hospital a otro y se hará fundamentalmente de forma programada, por ejemplo, para hacer pruebas diagnósticas. El mayor problema será el volumen de personas que va a mover el nuevo hospital.

-¿Qué volumen se espera?

-En su momento de máxima actividad habrá en torno a 1.500 personas por la mañana entre sanitarios y enfermos. Habrá momentos en que haya cerca de mil sanitarios.

-¿Cómo va el acceso principal?

-Terminará a mediados de junio.

-¿Y la segunda fase?

-Ya se presentó el plan funcional y se está preparando todo para sacar a licitación la redacción del proyecto. No se ha sacado ahora por cuestiones electorales, pero está ya listo.