El sabor extremeño vende. Sin apenas publicidad, la cadena emeritense de bares Dehesa de Santa María, especializada en los productos regionales, ya ha superado en lo que va de año sus expectativas de apertura para el 2003 y cuenta con más de medio centenar de franquicias repartidas por todo el país.

Además de en Extremadura, tienen una amplia presencia en la zona centro española y Andalucía. El norte es el próximo objetivo de la empresa emeritense que va conquistando a pasos agigantados, con presencia en ciudades como Santander, Burgos o Savadell. Para el futuro, las previsiones apuntan a dar un salto fronterizo e instalarse en el mercado portugués, tal y como asegura el gerente de Dehesa de Santa María, José María Valaders.

La cadena ha cumplido recientemente su sexto aniversario que celebró por todo lo alto en uno de los dos locales que tiene en Mérida. Con un experto cortador de jamón, como no podía ser de otro modo.

Precisamente fue en la capital autonómica donde se instaló en 1997 el primer bar de tapeo de estas características. Pero la sorpresa no es que el negocio, que en principio surgió de una iniciativa de venta de jamones, prosperase en este punto de Extremadura sino la rapidez con la que se extienden las franquicias, un sistema que se inició hace unos dos años.

Uno de los secretos de este éxito, además de la calidad de los ibéricos que salen de un secadero que la empresa tiene en Montánchez es que estos bares no necesitan cocina ya que sus tapas son frías. Además, la distribución a todos los franquiciados se hace de forma centralizada por lo que la compra es más barata.

Con un royalty de explotación de 600 euros mensuales y una inversión de 93.600 euros, incluído el canon de entrada, parece que las cuentas cuadran en aquellos que quieren iniciar esta actividad.

Otro aspecto en los que esta cadena pone especial celo, según Valaders, es en la homogeneidad en sus bares de tapeo. Por ello, antes de abrir un nuevo negocio los franquiciados y los empleados que tenga previsto contratar deben hacer unos cursos de formación teórico-prácticos. No todas las ciudades saben cortar como se debe un buen jamón.