Los vecinos de la localidad pacense de Oliva de la Frontera han vuelto a apasionarse con la representación de los últimos días de la vida de Cristo. La Pasión Viviente, declarada de Interés Turístico Regional desde 1997, comenzó el Domingo de Ramos con los milagros y la lapidación de María Magdalena en la plaza de la fuente y la entrada de Jesús en Jerusalén por el Paseo de las Palmeras.

Continúa esta noche (22.00 horas) en las escalinatas de la parroquia de San Marcos con la Santa Cena, para dar paso a la Oración en el Huerto en la plaza de España y las negaciones de Pedro y el juicio ante Caifás en la fachada del ayuntamiento.

La representación, que protagoniza Jesús Gil Soto -que este año ha cumplido precisamente 33 años- continúa mañana, Viernes Santo, a partir del mediodía, aunque desde bien temprano estará ambientado el mercado de la época en el paseo de las Palmeras. Se iniciará con las escenas en el palacio de Pilatos, seguirá con las burlas de Herodes ante su corte, para regresar a Pilatos, que tras dejar libre a Barrabás no impedirá que Jesús cargue con su cruz camino del Calvario, hacia el cerro de la ermita de la Virgen de Gracia, donde todo culminará con su muerte entre los dos ladrones y el llanto desconsolado de María arropada por Juan.

Ésta es la 43 edición de la Pasión Viviente, que aspira a alcanzar el Interés Turístico Nacional, cuyo expediente ya ha remitido el ayuntamiento a la Junta para que lo solicite al Ministerio de Industria, Energía y Turismo, según recordaba ayer el presidente de la agrupación cultural, Manuel Barroso. Más de 500 oliveros se implican en puestas en escena únicas que cada Semana Santa reciben el elogio de miles de visitantes que se sorprenden de la profesionalidad y la emoción que transmite este pueblo.