Arranca la Pasión cacereña con una tregua en el cielo. Tras la intensa lluvia de ayer que obligó a cancelar algún acto previsto y el buen sabor de boca de la bien acogida Pasión Viviente que se representó el jueves en la zona monumental, el Sábado Santo abre paso a la veintena de procesiones que recorrerán la ciudad y que este año suman multitud de cambios en horarios y recorridos. Por primera vez hace años, la jornada cuenta con única salida, La Victoria, una de las cofradías más jóvenes -nació en 2009-. Para esta ocasión, la hermandad ajustará su recorrido, uno de los más largos hasta ahora, debido a que desde el año pasado procesiona con dos pasos: el Cristo de la Victoria y Nuestra señora del Rosario, que salió por primera vez en la Semana Santa del 2017.

Como novedad, la Humildad, otra de las más hermandades más jóvenes y con costaleros -nació en 2008- retrasa su salida a mañana a primera hora de la tarde, incorpora a su paso de misterio la imagen de Judas Iscariote y prevé llegar al centro por primera vez en su historia en lo que se convertirá en la procesión más distanciada en el tiempo -la previsión es regresar al templo del Vivero a las 22 horas-.

Aparte de la salida a las 18.00 horas del templo de San Juan Macías, las cofradías reparten sus actos a lo largo del día. La cofradía del Cristo Negro entrega su Muñidor a los hermanos Sánchez, a Asociación Radio Ayuda y al departamento de imagen de la diputación cacereña a las 12.00 horas en la capilla de la concatedral de Santa María. A las 10.00 la cofradía de los Ramos venderá las palmas en la iglesia de San Juan -y en las Hermanitas de los pobres-, y a las 12.00 horas organiza una mesa de ofrendas. Ya por la tarde, a las 17.00 horas, habrá un besapié al Cristo del Humilladero.