La lluvia respetó al Santísimo Cristo de la O. Tras una sombría jornada de Viernes Santo en la que tan solo pudo salir la Cofradía Ferroviaria por la mañana, después de que se tuviera que cancelar la procesión extraordinaria y las dos del Calvario, el mal tiempo dio finalmente una tregua en la capital extremeña para la celebración del tradicional Vía Crucis en el anfiteatro romano, el plato fuerte de la Semana Santa de Mérida, declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional.

Un año más, la imponente talla anónima del siglo XIV cumplió con la tradición de recorrer las calles de la ciudad, desde la concatedral de Santa María hasta el anfiteatro emeritense, arropado por una multitud en silencio, tan solo roto por el redoble de tambores sordos. A su llegada al monumento, se volvió a vivir un sobrecogedor acto de oración comunitaria, un momento único, de rezos y de cantos de la liturgia hispano-visigótica a cargo de la capilla gregoriana del Santísimo Cristo del Calvario. Ya de vuelta a la concatedral, tuvo lugar el besapié al Cristo de la O.

Las condiciones meteorológicas adversas, con precipitaciones en la capital extremeña desde las seis de la tarde, impidió que la cofradía del Calvario pudiera realizar estación de penitencia. La procesión del Santísimo Cristo del Calvario Yacente y de la Santísima Virgen de los Dolores, prevista para las 19.00 horas, tuvo que cancelarse por la lluvia constante que caía en la ciudad. Cuatro horas más tarde, tampoco pudo salir la procesión de la Santísima Virgen de los Dolores en su Soledad.

Una decisión que marcó el devenir de lo que iba a ser un acontecimiento histórico para los cofrades emeritenses fue la de tener que cancelar la procesión extraordinaria, en la que iban a participar 12 pasos de misterio y un palio. Su salida estaba fijada para las cinco y media de la tarde, desde la iglesia del Carmen, pero cuando no habían dado ni las dos del mediodía, el pleno de Hermanos Mayores de la Junta de Cofradías de Mérida decidió, ante las previsiones meteorológicas adversas en la tarde del Viernes Santo, suspender la procesión. Según el comunicado de prensa de la Junta de Cofradías, estas circunstancias meteorológicas afectaban, «no solo a los pasos que estaba previsto que procesionaran, sino al capital humano (costaleros, nazarenos, músicos) y público en general». Al mismo tiempo, la Junta de Cofradías lamentó la decisión tomada pero, con los antecedentes de los días previos, consideró que era «la mejor decisión para evitar riesgos mayores».

Los pasos participantes en la procesión llegarían hasta la iglesia del Carmen desde cuatro puntos distintos. El paso de las Tres Caídas se encontraba en la concatedral de Santa María y regresó a su templo, en Nueva Ciudad, en torno a las cuatro de la tarde, dejando una estampa única en su caminar por el puente romano. Por la mañana, la Cofradía Ferroviaria sí pudo realizar su estación de penitencia con los pasos de la Santísima Virgen de las Angustias y Nuestra Señora de la Esperanza, pero tuvo que acortar su recorrido de vuelta a la basílica de Santa Eulalia.

En la jornada de hoy, Domingo de Resurrección, tendrá lugar la procesión del Resucitado, que partirá a las 9.00 horas desde la basílica de Santa Eulalia, dejando así atrás su horario habitual en la madrugada del sábado al Domingo de Resurrección.