Las ondas gravitacionales son una deformación del espacio-tiempo causada por el movimiento de una masa (imaginemos por ejemplo una bola pesada que deforma el colchón en el cual se apoya). Su existencia fue prevista por Einstein. Como son extremadamente débiles, para detectarlas hay que esperar fenómenos astronómicos violentos y usar instrumentos enormes como los interferómetros LIGO y VIRGO.