El avión que llevó al alemán Joseph Ratzinger descendió de un cielo plomizo, en medio de un operativo de seguridad cinematográfico. La prensa paulista informó ayer de que unas 10.000 personas, entre militares y civiles, lo cuidarán en sus cinco días de visita al estado más poderoso de Brasil. Helicópteros Pantera, Super Puma y Esquilo sobrevolaban la megalópolis mientras en la calle se aconsejaba los ciudadanos usar el transporte público y salir con documentos. Nadie está exento de ser requerido por la policía.