La caída de un cable de alta tensión ayer por la mañana sumió a Barcelona, por la noche, en un estado de excepción. 110.000 abonados, espolvoreados por todos los distritos excepto Ciutat Vella, han pasado la noche sin electricidad, abandonados a una oscuridad completa por cuanto el alumbrado público tampoco ha contado con suministro. 200 patrullas de Mossos d´Esquadra y Guardia Urbana han velado por la seguridad de estas áreas, próximas a las subcentrales de Urgell y Maragall, las más dañadas por el incidente de Collblanc. Las reparaciones se antojan largas y, en el caso de los abonados que penden de la subcentral de Maragall (unos 80.000), la normalización completa puede tardar "días o semanas", según afirmó anoche un representante de Fecsa-Endesa.

Red Eléctrica Española (REE), la empresa estatal que controla la distribución eléctrica, explicó que a lñas 10.54 horas un cable de alta tensión (110 kilovoltios) se desplomó sobre una red de 220 kilovoltios en la subestación eléctrica de Collblanc. La rotura de un empalme, conocido técnicamente como platina, ocasionó un cortocircuito, dejó inoperativo el centro y sobrecargó otras tres subestaciones: Les Corts, Urgell, Maragall. Esta última subcentral sufrió un espectacular fuego que obligó a desalojar, incluso, un par de fincas vecinas

AFECTADOS DE INICIO En un primer momento, 300.000 abonados del área metropolitana se quedaron sin luz. El fallo alcanzó a semáforos, comercios y transportes. Por la noche, el 60% de las luces de tráfico seguía fuera de servicio. 800 agentes (500 de la Guardia Urbana y 300 mossos) garantizaron la seguridad vial en un día que, paradójicamente y según fuentes municipales, la siniestralidad fue inferior a la habitual. El ayuntamiento activó el plan de emergencia para garantizar las urgencias sanitarias y sociales, es decir, de atención de aquellos que no pueden desplazarse.

En cuanto a las subcentrales, la que tiene visos de poder ser arreglada esta mañana es la de Urgell, de la que dependen unos 30.000 usuarios aún sin luz. Esta instalación está siendo parcialmente alimentada desde otras redes. Peor solución tiene la de Maragall. El incendio ha inutilizado las dos alimentaciones que recibe (una, precisamente de Urgell, y otra de Badalona) y, a primera hora de la noche, los técnicos aún estaban en fase de evaluación de los daños ocasionados por el incendio.

En tanto la normalización no se produzca, Fecsa-Endesa anunció que iba a desplazar a todos los abonados que pudiera hacia otras subcentrales. Además, anoche funcionaron 40 equipos electrógenos que funcionaron de momentáneo parche. El president de la Generalitat, José Montilla, y el alcalde de Barcelona, se pusieron en contacto la cúpula tanto de REE comno de Endesa para exigir "soluciones urgentes" al desaguisado. También arrancaron el compromiso de que hoy llegarán otros 88 equipos electrógenos.

Nada se sabe de las causas del incidente. La Generalitat abrió de inmediato un expediente, de momento informativo, pero que, a buen seguro derivará en consecuencias pecuniarias. REE afirmó que los empalmes y los demás accesorios de la red se revisaban periódicamente según las recomendaciones de los fabricantes. Su delegado en Cataluña, Lluís Pinós descartó que el fallo inicial se produjera por falta de mantenimiento, puesto que --según la empresa-- un equipo revisa diariamente los accesorios de la red. El delegado atribuyó el accidente "al azar". Pinós, con todo, afirmó, por la noche, que el cable origen del desastre era de Fecsa-Endesa, sin que eso pueda suponer que la responsabilidad sea de la distribuidora.

El apagón coincide, además, con un pésimo momento de la red, según reconoció el delegado de REE. La red fue dañada por causas ajenas en dos obras en Barcelona: en la calle de París, en junio, y en Badalona hace pocos días. Ambos trabajos afectaron cables subterráneos. "Este accidente nos ha cogido en una situación complicada", dijo.

CAOS CIRCULATORIO El apagón de semáforo, que llegó a afectar al 70% de estos, causó el atasco de gran parte de la red viaria de la capital catalana, especialmente las vías principales, como la Diagonal, la Meridiana, el paseo de Gràcia, el paseo de Sant Joan y la Gran Via. Sin embargo, el despliegue de unos 800 agentes --500 de la Guardia Urbana y 300 de los Mossos-- para regular la circulación evitó lo que podría haber sido un gran caos a unas horas complejas para el tráfico. Por la noche, 400 agentes continuaron en varios cruces, ya que el 60% aún no funcionaban.