Los modelos mátemáticos con que el Centro de Control de Enfermedades de Atlanta (EEUU) y el National Helth Service, de Gran Bretaña, intentan calcular el alcance inmediato de la pandemia del virus A/H1N1 trazan dos hipótesis que coinciden en lo sustancial: la nueva gripe afectará en Occidente a entre un 15% y un 30% de la población, con mayor decantación hacia esta segunda previsión, ya que existe unanimidad en que la epidemia será mucho más masiva que las de inviernos recientes, cuando la infección ya afectó al 15% de los ciudadanos. "Lo lógico es esperar a que esta supere bastante a las anteriores", afirmó ayer Antoni Trilla, responsable del control epidemiológico en el Hospital Clínico de Barcelona.

Apoyándose en estas hipótesis, los responsables de Sanidad, junto con directores de hospitales y epidemiólgos, trazan estos días sus planes de actuación inminente, que han elaborado a partir de tres supuestos: que el virus A multiplique su expansión ya, en pleno agosto; que lo haga en diciembre, coincidienco con la epidemia gripal de cada invierno a la que podría llegar a suplantar; o que irrumpa a mediados de septiembre, cuando el inicio del curso escolar ponga bajo un mismo techo a miles de estudiantes.En ese momento, las empresas tengan las plantillas de empleados al completo, acabadas las vacaciones.

"No descartamos ninguna de estas hipótesis, aunque estamos analizando cuál es la más probable en España", afirmó ayer Antoni Plasència, director general de Salut Pública de Cataluña. "Lo que sí sabemos es que, en estos momentos, la epidemia es leve, con la peculiaridad de que afecta a personas jóvenes. Aún es muy pronto para saber si seguirá siendo leve", añadió.

Por otro lado, dos expertos británicos han estudiado cómo afectó el cierre de colegios en las anteriores epidemias de gripe 1918, 1957 y 1968 y han llegado a la siguiente conclusión: aunque conlleve importantes inconvenientes, una clausura escolar "prolongada" podría reducir la escala del actual brote entre un 13% y un 17%, y, en el momento culminante del virus H1N1, haría que el número de casos disminuyese entre un 38% y un 45%. También permitiría ganar tiempo hasta la llegada de la vacuna, prevista para entre diciembre de este año y febrero del próximo. Los epidemiólogos, Neil Ferguson y Simon Cauchemez, del Imperial College de Londres, no abogan directamente por esta medida, pero reclaman a los responsables políticos que la tengan en cuenta. Tanto el Gobierno de Gran Bretaña como el de España --los dos países de Europa más afectados por la actual pandemia, 10.649 casos el primero y 1.309 el segundo-- descartaron ayer dejar las escuelas cerradas en septiembre.

UN RETRASO SIN MAS "Actuar de manera aislada y unilateral no significa actuar de la manera más eficaz. Las restricciones a la movilidad pueden retrasar el contagio durante una semana, pero no más", dijo la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, que hoy se reúne con los responsables sanitarios de las autonomías para coordinar las políticas frente al virus, desde los planes de contingencia hasta las reservas de antivirales, pasando por los calendarios de vacunación y una posible redefinición de los grupos de riesgo. "Ni siquiera se ha contemplado por parte de la UE y la Organización Mundial de la Salud. No obstante, estamos preparados para reaccionar si recibimos una recomendación en ese sentido", concluyó.

Sin embargo, al mismo tiempo que Jiménez explicaba su postura, la portavoz de la OMS, Alphaluck Bhatiasevi, decía: "El cierre de escuelas es una de las medidas de mitigación que podrían ser consideradas por los países, que pueden enfrentarse a la pandemia en distintos niveles y en momentos diferentes".

PERJUDICIAL PARA TODOS Uno de esos países, el Reino Unido, también descartó como España el cierre de las escuelas, pero con otros argumentos. "Creo que la medida sería extremadamente perjudicial para la sociedad señaló Liam Donaldson, del Ministerio de Sanidad británico, refiriéndose a que, por ejemplo, habrá padres que dejarían de acudir con regularidad al trabajo si sus hijos no van a clase. ¿Y cuándo abriríamos de nuevo los colegios, dado que la gripe estará presente durante varios meses?".

GRUPOS DE RIESGO

Liam Donaldson, eso sí, sostuvo que las embarazadas, los sometidos a quimioterapia y otros grupos de riesgo quizá debiesen quedarse en casa, evitando aglomeraciones, cuando la gripe alcance su cénit, probablemente en otoño. E incluso que estos colectivos podrían adoptar la medida ya mismo "de forma preventiva, para evitar los lugares muy poblados, en los que tienen poco control sobre los contactos personales".