Fue una travesía tan terrible como inútil. Los 15 inmigrantes indocumentados que llegaron a Barcelona la madrugada de ayer ocultos en el contenedor de un barco, tenían previsto partir anoche con destino a Turquía. Los sin papeles, que dijeron ser palestinos, embarcaron en dicho país a bordo de un mercante. Su paso por Barcelona se limitó a recibir atención médica, ya que llegaron exhaustos tras días de navegación.

Los ocho hombres, dos mujeres y cinco menores fueron localizados a las 3.30 horas por un trabajador del puerto que escuchó gritos de auxilio procedentes de un contenedor del buque turco con bandera de conveniencia de las islas Marshall Irem Kalkavan, que había atracado en el muelle Príncipe de España. Efectivos del Cuerpo Nacional de Policía, de la Policía Portuaria y de los Mossos se desplazaron al muelle y solicitaron a los estibadores que rompieran los precintos del contenedor, donde se habían instalado los polizones.

RENDIJAS DE RESPIRACION Para sobrevivir el grupo había respirado a través de rendijas durante varios días, posiblemente una semana, en los que el barco hizo alguna escala, la última, en el puerto francés de Marsella. Todos ellos estaban agotados y deshidratados por las duras condiciones del viaje.

Un total de siete ambulancias trasladaron a los polizones a los hospitales, donde fueron atendidos. A las siete de la mañana solo uno seguía hospitalizado, aunque fue dado de alta poco después. Todo el grupo, que aseguró ser originario de la localidad palestina de Gaza --su origen no pudo ser confirmado--, tuvo que volver al puerto en unas horas, donde fue entregado a la empresa del mercante.

Al tratarse de polizones, no se les aplicó la ley de extranjería. En cumplimiento de las leyes marítimas, la naviera propietaria del contenedor debe hacerse cargo de la repatriación.