Vicente Sánchez vivía "en el paraíso". Tenía mujer y dos hijos, llevaba una pequeña empresa de construcción y regentaba una tienda de sanitarios. Era feliz. Hasta que de repente lo enviaron al "infierno". En 1995, unas motos que participaban en una carrera ilegal atropellaron mortalmente a su hijo justo delante de su casa. "Tenía 16 años y lo condenaron a muerte; y a mí me condenaron a cadena perpetua", recuerda. Nada volvió a ser como antes. Su estado de ánimo se quebró y la relación con su esposa perdió la alegría de antaño. Su situación es ahora la misma que la de muchos otros afectados por los siniestros en la carretera, tanto víctimas como familiares. Más del 30% de ellos sufrirá toda la vida problemas psicológicos y el 16,7% se acaban separando de la pareja, según un informe presentado ayer por la asociación Prevención de Accidentes de Tráfico (PAT).

Vicente cumple con esas dolorosas estadísticas y con otras duras repercusiones. Como los problemas laborales derivados del choque emocional, que en su caso llevaron al traste sus prósperos negocios ("ahora solo trabajo para poder comer", dice). Arrastra 16 años de trastornos psicológicos ("de cadena perpetua", insiste), y ya no vive con su mujer. "Cuando sucedió lo de mi hijo, ella y yo llevábamos juntos 25 años. Nueve años después nos separamos. El matrimonio ya no era lo mismo. El accidente desestabilizó el ambiente de tal manera que empezaron a surgir los problemas", explica.

DEPRESION, INSOMNIO... La gente y las administraciones "reconocen los problemas físicos que sufre una persona accidentada, pero no los otros problemas", denunció ayer la directora de PAT, Eugènia Domènech. El 31% de las víctimas o sus allegados sufre depresión aguda (frente al 8% de la población en general) y el 31,3% sufre insomnio (respecto del 15% del total de ciudadanos), desvela el informe de la asociación, el primero de este tipo que se efectúa en España. Además, el trabajo indica que el 28% de los participantes admite que su relación con los amigos y la familia ha empeorado notablemente desde el momento del accidente.

DESPROTECCION JUDICIAL "El estudio de Prevención de Accidentes de Tráfico también concluye que el 62% de los entrevistados considera inaceptable el tiempo de espera hasta que se celebra el juicio unos cuatro años de media y el 81% opina que no se ha hecho justicia con su caso", advirtió el presidente de la entidad, Ole Thorson. "Estas personas se sienten en situación de desventaja respecto del resto", añadió. "La sensación de pérdida no se abandona nunca. Las secuelas son permanentes", a lo que se suma la "sensación de desprotección" por parte de un sistema "que no repara los daños" y que no da las ayudas suficientes, abundó el director del Institut Opinòmetre, Josep Ribó, coordinador del informe. "Se debería incrementar la asistencia social y psicológica", reclamó Thorson.

"Lo que pedimos a la Administración es respeto. Si no quieren, que no hagan nada, pero que no destruyan lo que hemos conseguido", se queja Vicente Sánchez. Después admite que su crítica se dirige al Gobierno catalán por haber retirado la limitación de los 80 kilómetros por hora en los accesos y salidas de Barcelona. Otros afectados le dan la razón.