Si usted fuera el guardián ambiental del planeta y tuviera que salvar de la inevitable destrucción las áreas más ricas en biodiversidad, ¿cuáles elegiría Hace una década, esta pregunta se la planteó como un reto el ecólogo Norman Myers, profesor de la Universidad de Oxford, y de sus estudios surgió una lista de 34 hotspots o áreas críticas que merecerían un esfuerzo mundial de conservación debido a su extraordinaria riqueza o su rara singularidad. Los hotspots acuñados por Myers ocupan solo el 2,5% de la superficie terrestre, pero atesoran el 45% de las especies vegetales y animales.

Myers, que estuvo la semana pasada en Barcelona para pronunciar una conferencia en CosmoCaixa, explica en una entrevista que la selección de áreas prioritarias tiene un efecto importante más allá del valor simbólico. "Le da prestigio y atrae el interés de la comunidad internacional, lo que puede traducirse en dinero", explica. En este sentido, Conservation International, una potente asociación ambientalista sufragada por donaciones filantrópicas, ha hecho de los 34 hotspots una de sus señas de identidad.

ANDES ¿Cuál es el mayor hotspot "Los bosques de los Andes tropicales, desde Venezuela y Colombia hasta el norte de Argentina --responde Myers--. Quedan 400.000 kilómetros de vegetación original". ¿Y el más biodiverso? "Pues también los Andes tropicales --prosigue--. Tienen 15.000 especies endémicas". ¿Y el más amenazado "La Mata atlántica brasileña. Se ha destrozado el 98% de los hábitats primigenios, casi todos en los últimos 50 años".

La cuenca mediterránea viene a continuación. Solo cuenta con el 3% de los hábitats primigenios, "aunque debe tenerse en cuenta que ningún otro hotsptot ha sido explotado intensivamente durante más de 2.000 años". De los dos millones de kilómetros cuadrados de vegetación potencial, de Portugal al Líbano, solo quedan 98.000 que puedan considerarse originales. "En todas las islas Británicas tenemos unas 1.000 plantas diferentes, mientras que ustedes tienen 10 veces más. Y es una pena que tanta construcción y tanto turismo puedan acabar con esta riqueza".

Myers se muestra especialmente preocupado por los efectos del cambio climático. "Si las temperaturas suben en Europa --dice--, posiblemente algunas especies tendrán la oportunidad de emigrar hacia el norte, pero esa posibilidad no existirá en países como Suráfrica. ¿Dónde van a ir las miles de plantas endémicas de la región del Cabo ¿Hacia el mar?", se pregunta Myers. Con sus emisiones de CO2, Europa y EEUU están contribuyendo a la extinción masiva de plantas en Africa. Y cuando utilizamos el coche, ponemos nuestro granito de arena para acabar con los tigres en Asia. Hasta que la gente no asuma eso, no arreglaremos el problema".

EMIGRANTES AMBIENTALES El cambio climático y el aumento descontrolado de la población generarán, a juicio de Myers, una nueva casta de emigrantes: los que deben dejar sus hogares por falta de agua o tierras aptas para el cultivo. "Actualmente, hay unos 25 millones de refugiados ambientales, muchos más que por motivos políticos y de violencia étnica. En un mundo más cálido, podrían ser 250 millones, de los cuales unos 100 en el Africa subsahariana". Europa no será ajena al problema. "En esa desesperación, mucha gente intentará venir hacia aquí. Lo que tienen ustedes ahora es solo una pequeña muestra de lo que puede pasar en un futuro".