TLtlegarán días en que miraremos con nostalgia a este año que se marcha. Echaremos la vista atrás y hablaremos del infarto de Ibarra y del Estatut y del nacimiento de Leonor como si fuéramos el niño de Cuéntame . Diremos a nuestros nietos: "yo sobreviví a los festejos del cuarto centenario del Quijote, y quedé casi intacto". Pero es mentira, ninguno de nosotros ha quedado intacto. A mí, al menos, me ponen delante de un molino de viento y es como si pusieran a Rajoy delante de un helicóptero.

También es verdad que nuestros nietos podrán ignorarnos, como hicimos nosotros con nuestros abuelos cuando hablaban de la Guerra Civil. Quizás sea por eso que yo nunca llegué a enterarme si los de la República eran los buenos o los malos. Aunque pronto supuse que muy buenos no debían de ser, ya que perdieron la guerra. Los azules ganaron a los rojos y la nocilla al tulicrén. Así es la vida. ¿Cuándo se ha visto una película en la que pierdan los buenos? Por eso mismo sospecho que en la guerra de la Navidad Papa Noel es más bueno que los Reyes Magos. Porque ha ganado. Este año te asomas a una calle de Extremadura y es como si estuvieras en Helsinki, con todos los balcones conquistados por un tipo gordo de albornoz rojo. También es posible que a los políticos la caravana de los magos les parezca publicidad de Camel, y la hayan vetado, por lo de la ley antitabaco. A saber. De lo que no hay duda es que si los americanos se lo proponen, cambiamos a la Virgen de Guadalupe por Madonna . Pronto sólo creerán en los reyes Alfonso Ussía y El Corte Inglés. florianrecioyahoo.es