De estar a puertas de la muerte, a bordo de un cayuco a la deriva, a estar a puertas de una nueva vida como futuros refugiados políticos en España. En una semana.

Sanos y salvos, los 26 inmigrantes de Costa de Marfil rescatados el 26 de mayo por el pesquero español Montfalcó en aguas libias y transbordados cinco días después al buque de salvamento Clara Campoamor , desembarcaron ayer en el puerto de Tarragona. Mientras se tramita su asilo, los marfileños permanecerán en centros de acogida específicos para personas que esperan la condición de refugiados. Como Cataluña, con ocho plazas en Barcelona, no puede asimilarlos a todos, se repartirán por toda España. Tras pasar ayer por la comisaría de Tarragona, hoy ya descansan en un albergue de la misma provincia bajo la supervisión de Cruz Roja.

El dispositivo de recibimiento en Tarragona, tan espectacular como efectivo, se desarrolló milimétricamente. Puntual, el flamante Clara Campoamor , buque insignia del socorro marítimo español, atracaba a las dos de la tarde en la prolongación del rompeolas del puerto tarraconense. A pie de pasarela y a la hora de inicio de los informativos de televisión estaban las autoridades.

RECIBIMIENTO Las excepcionales circunstancias de este caso han hecho que este grupo de sin papeles, un número muy inferior a los que cada semana llegan a Canarias, tuviera el honor de ser recibido por el subdelegado del Gobierno en Tarragona, Joan Maria Abelló, y por el presidente de la Autoridad Portuaria, Josep Anton Burgasé.

No en vano, los 26 marfileños se han convertido en el icono de la solidaridad española frente al cuestionable comportamiento de otros socios europeos, como los italianos y los malteses. España, con un derroche de medios y efectivos que dejaba boquiabierto, ha querido dar una lección a los más insolidarios.

"Ante situaciones como las que se han producido, alguna cosa tendrá que cambiar en la UE", dijo ayer el subdelegado del Gobierno en relación a la polémica suscitada por la negativa de los dos países europeos a acoger al grupo pese a que el rescate se produjo más cerca de sus costas.

El grupo de extranjeros, hombres de una media de edad de 25 años que se expresan en francés y todos indocumentados, llegó en buenas condiciones de salud a Tarragona. Así lo constató el jefe de Sanidad Exterior, David Urzay, que, acompañado de médicos de la Cruz Roja y de agentes del Cuerpo Nacional de Policía, subieron al Clara Campoamor antes del desembarco del grupo.

A pesar de que el grupo ya llevaba dos días en el buque de socorro, con conocimiento de que su estado de salud era bueno, parte de la tripulación del Clara Campoamor hizo toda la maniobra de atraque provista de mascarillas protectoras, un protocolo de seguridad que tiñó la escena de cierto dramatismo.

Por otra parte, el capitán del Montfalcó , Rubén Vázquez y el segundo oficial, Alejandro Martínez, cansados, han optado por dejar a sus otros cuatro compañeros, que ayer trabajaban para poner a punto el barco y regresar al mar para la campaña de pesca del atún.