Cerca del 40% de las operaciones que hacen los médicos titulados en la especialidad de cirugía plástica intentan arreglar, corregir o disimular los desperfectos y desgracias causados en otro acto quirúrgico contratado con fines estéticos, casi siempre a partir de una oferta de aparente buen precio.

Así lo explican los cirujanos adscritos a la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE), 300 médicos que coexisten en un mercado saturado por otros 4.000 licenciados en medicina, sin formación específica pero autorizados por la ley para operar, que asumen las intervenciones de cambio estético con desigual éxito.

Los primeros están acreditados para ejercer en los hospitales públicos, donde reparan las lesiones de quemaduras o las secuelas de amputaciones o tumores. Los segundos, los médicos estéticos, trabajan exclusivamente en centros privados.

Esa abundancia de oferta quirúrgica explica que España sea, posiblemente, el país de Europa donde se realizan más intervenciones de cambio esté- tico, unas 400.000 al año en un cálculo aproximado, y que concentre también una abultada cifra de demandas judiciales argumentadas en un feo resultado quirúrgico.