Las enfermedades que causan más muertes en todo el mundo están directamente relacionadas con una alimentación desequilibrada, excesivamente grasa y con demasiada sal. Un 59% de los 56,5 millones de fallecimientos registrados en el 2001 se debieron a enfermedades crónicas causadas por una dieta inadecuada y la falta de ejercicio físico. Así lo asegura un informe que 30 especialistas en nutrición han elaborado para la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el fondo de Naciones Unidas para la alimentación (FAO).

Cáncer, enfermedades cardiovasculares, obesidad, diabetes e hipertensión, las principales causas de muerte en los países desarrollados desde hace un decenio, han alcanzado a las zonas más pobres del planeta, en especial las ciudades en que se ha implantado la comida rápida, caracterizada por su exceso de grasa saturada y sal. La OMS establece una relación directa entre desarrollo urbano y enfermedades crónicas.

El doctor chileno Ricardo Uauy, coordinador del informe, reitera un consejo tan conocido como olvidado: "La gente debería comer menos alimentos hipercalóricos (fritos, pizzas, hamburguesas y platos preparados), excesivamente ricos en grasa, sal y azúcar. Debería hacer alguna actividad física, tomar frutas y dar preferencia a los alimentos de origen vegetal y marino".

El sedentarismo es uno de los principales causantes de esta situación, ya que determina el desgaste diario de la energía proporcionada por la dieta.