La otra cara del éxito no es tan buena. Ese 40% de embarazos de fecundación artificial que pueden llegar a producirse contrasta con el resto del porcentaje, el que representa el 60% de mujeres que tras dos, cuatro y hasta seis intentos no consiguen fecundar un embrión.

Un intento supone recibir 10 inyecciones de hormonas para estimular a los ovarios y producir 10 o hasta 20 óvulos en un mes. Seguirá un segundo tratamiento con progesterona para propiciar que el embrión se implante. Este proceso llega a resultar notablemente molesto para las mujeres, y muy frustrante si no hay embarazo. La cifra de nacimientos prematuros entre embarazadas con técnicas de fecundación es muy superior a la media de gestaciones.