La mayoría de pacientes con cáncer y enfermos neurológicos y reumáticos experimentan una mejoría notable después de fumar o inhalar marihuana. Un estudio pionero en España, realizado por un equipo de la Fundación Instituto Catalán de Farmacología (ICF), desvela que un 63% de estos pacientes no sólo notan un alivio del dolor y de las náuseas, sino que incluso consideran beneficiosos los otros efectos del cannabis, como la sedación y la somnolencia.

El estudio sobre el uso terapéutico del cannabis, dirigido por Marta Durán, será presentado este sábado ante la Sociedad Española de Investigación sobre Cannabinoides (SEIC) en Madrid. La conclusión más importante, además del beneficio constatado en los pacientes, es que "existe una necesidad de información sobre el uso terapéutico del cannabis entre los usuarios", ya que "los abandonos por problemas en encontrar la dosis adecuada y los efectos indeseados han sido frecuentes".

El equipo investigador ha seguido, entre enero del 2001 y junio del 2003, a 30 pacientes que se automedicaban con marihuana en su estado más natural y conocido, la planta cruda, y no con derivados sintéticos del cannabis en forma de pastillas. Un 63% de estos pacientes (19 en total) mejoraron sintomáticamente: el cannabis logró reducir las náuseas que provoca el tratamiento con quimioterapia, los vómitos y el dolor crónico generado por la enfermedad.

Una tercera parte de los pacientes oncológicos --en su mayoría mujeres con cáncer de mama-- experimentó una mejoría del estado general, sufría menos decaimiento y recuperaba el apetito y el sueño. De los enfermos de esclerosis múltiple o lesiones medulares, todos constataron un mejor control de los espasmos. La pauta de uso varió según la indicación y la edad. Mientras los enfermos de cáncer solían fumar el cannabis, los neurológicos inhalaban el humo, un método menos nocivo.