El Ministerio de Sanidad confirmó ayer que en España entraron 125 toneladas de aceite de girasol importado de Ucrania contaminado con hidrocarburos alifáticos. Faltan por examinar otras 7.000 toneladas que se sabe llegaron en barcos, cuyo contenido se desconoce en estos momentos. Según todos los indicios, se trata de una adulteración intencionada. Sanidad hizo ayer este balance y calculó que se necesitarán entre dos y tres semanas en concluir esta compleja operación e impedir que aceite intoxicado llegue al mercado.

No obstante, su titular, Bernat Soria, dio por concluida la alerta y aseguró que se han retirado todos los envases que contenían aceite contaminado. El ministro insistió en que esta crisis se ha gestionado con "transparencia" y "prudencia".

"El criterio que ha guiado nuestra actuación ha sido proteger la salud. La Comisión Europea nos ha dado la razón", defendió un decidido y exultante Soria, que incluso retó a un periodista a beberse, si la encuentra y se la lleva, la mitad de una botella con aceite de girasol contaminado. ¿Y qué sucede con las que pueda tener un consumidor en su cocina? El ministro apuntó tres posibilidades: esperar a que se analicen todas las marcas, devolverlo donde lo compró o consumirlo, "ya que se puede garantizar que no es tóxico".

EN CINCO BARCOS Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), las 125 toneladas que contenían aceite de girasol mezclado con otros minerales llegaron a Sils (Selva, Girona) por carretera. Las 7.000 sospechosas se encuentran en cinco barcos atracados en los puertos de Barcelona, Málaga, Valencia y Las Palmas y en varios almacenes.

"Todo apunta a un fraude en toda la regla. Se ha probado que los certificados de las autoridades ucranianas estaban falsificados", subrayó el presidente de AESAN, Félix Lobo. Explicó que en principio eran sospechosas 15.600 toneladas importadas de la exrepública soviética. Esta mercancía está compuesta por 35.000 lotes.

El Ministerio de Sanidad argumentó esta complejidad para no difundir las marcas sospechosas. Citó las 200 --de un total de 800 que comercializan aceite de girasol en España-- que no presentan ningún riesgo porque basan su producción en aceite español. Ahora, figuran en esa lista Borges, Acesur, Frupo SOS, Coreysa, Sovena, La Masía y Oleomartos. La relación se irá ampliando a medida que identifiquen más marcas no afectadas.

APOYO DE CONSUMIDORES La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) apoyó la actuación de Sanidad pero discrepó de su política informativa, ya que el "consumidor tiene derecho a conocer cuáles son las marcas que pudieran contener esas sustancias tóxicas".

Jorge de Saja, secretario de la Asociación Nacional de Empresas para el Fomento de Oleaginosas, defendió la decisión de paralizar las ventas, ya que, dijo, ha sido lo mejor para todos. "Es mejor es pecar por exceso que por defecto", sostuvo.

Varios empresarios, y técnicos de Sanidad, aseguraron que Francia, Holanda e Italia, países afectados por la crisis, optaron por medidas menos drásticas que España, y ahora están retirando botellas posiblemente contaminadas de los comercios. "Su política informativa no es tan transparente como la nuestra", enfatizó Lobo. Otras fuentes indicaron que en el resto de Europa el aceite contaminado fue detectado antes de su distribución a los comercios, y evitaron la alerta. No obstante, la Comisión Europea, consideró ayer adecuadas las medidas.