El rescate a golpes de un narco retenido en un hospital de La Línea marcó un punto de inflexión en Gibraltar, donde unos pocos narcotraficantes amedrentaban a las fuerzas de seguridad. El Plan especial que se implantó en 2018, pocos meses después, logró, según las entidades sociales, «recuperar el perdido principio de autoridad». Y, de paso, demostró a los narcos que la lucha iba en serio.

Desde entonces, se ha descabezado a las principales organizaciones, desmontando el entramado usado para blanquear esos fondos. El balance pone el acento además en los más de 216.446 kilos de droga intervenidas hasta final de 2019, entre hachís, cocaína, marihuana, heroína o tabaco de contrabando. Y más de 7.130 detenidos.

Son unas cifras similares a la población de algunos municipios del entorno que demuestran cuán arraigado está el narcotráfico en una zona con una elevada tasa de paro y con escasas perspectivas de futuro. La actual situación y la crisis económica que se avecina llevan a pensar que la situación posiblemente empeore.