Ni cuatro, ni cinco, ni seis... Siete son las horas mínimas de ejercicio físico que una persona debería practicar a la semana para obtener los grandes beneficios que reporta el deporte. Esta es una de las conclusiones de la tesis doctoral del investigador de la Uex Javier Brazo Sayavera después de estudiar a 60 personas con diferentes niveles de entrenamiento: entrenados (que realizan más de 20 horas semanales de ejercicio), moderadamente entrenados (practican deporte entre 4 y 7 horas) y sedentarios (no realizan ninguna actividad física).

Con este estudio, que analiza los efectos de los diferentes grados de entrenamiento a nivel cardiorrespiratorio, metabólico y oxidativo, Brazo sienta las bases de cómo mejorar las perspectivas tanto de deportistas profesionales como de aquellas personas que realizan ejercicios sin objetivos. Por encima de una práctica de siete horas se encuentra probablemente el punto óptimo para disfrutar de los mayores beneficios que reporta el deporte sin los riesgos y la dedicación que supone el deporte de élite, explica el autor de la tesis.

Y es que los sujetos que más deporte practican destacan en este estudio a todos los niveles. "Cuanto mayor es el grado de entrenamiento, mayor es el daño celular que se produce en el organismo, pero mayor es también la respuesta del organismo frente a ese daño". En concreto se refiere al daño celular que se provoca en el cuerpo con la práctica deportiva. "Sin embargo esta agresión no es perjudicial para el cuerpo, todo lo contrario, es lo que permite al organismo hacerse más fuerte frente a enfermedades", señala Brazo.

Así, otra de las principales conclusiones de estudio evidencia que el ejercicio físico provoca un daño oxidativo que sirve asimismo al organismo para reforzar sus defensas, y quienes dedican más tiempo al deporte son los más beneficiados. Además, las personas más entrenadas desarrollan considerablemente el sistema cardiorespiratorio.

Desde el punto de vista metabólico son también los más entrenados los que más reducen grasas, pese a ser también los que menos tienen. Por eso, sin llegar a un entrenamiento profesional de 20 horas semanales como llevan los sujetos estudiados que conlleva una dedicación especial y riesgo de lesiones, entre otras, el estudio de este joven concluye que existe una franja óptima que se encuentra entre las siete horas de práctica física de los sujetos entrenados moderadamente y las 20 de los profesionales donde se da un punto máximo de consumo de grasas y se reportan los mayores beneficios al organismo.

Además de sus resultados, otra particularidad de esta tesis, dirigida por lo profesores del departamento de Fisiología la Facultad de Ciencias del Deporte Marcos Maynar, Rafael Timón y Guillermo Olcina, es que ha sido elaborada --desde el 2007-- y defendida --el pasado 28 de abril-- en tres idiomas: castellano, inglés y alemán, lo que convierte a Javier Brazo en doctor europeo.