Al menos siete de cada 10 menores tutelados en Europa han sido testigos o han sufrido directamente algún episodio de violencia física, sexual o psicológica, según un estudio llevado a cabo en centros de menores tutelados de Alemania, Austria, Bulgaria, Escocia, Italia y Cataluña.

El estudio Alternative Future, coordinado por la Fundació Surt, dentro del programa de Derechos, Igualdad y Ciudadanía de la Comisión Europea, alerta de que urgen medidas para extender una cultura del cuidado en los Centros Residenciales de Acción Educativa (CRAE) y prevenir relaciones de género abusivas y otras expresiones de violencia.

La investigación, en la que ha participado un centenar de profesionales de los CRAE, ha analizado una veintena de centros de protección de menores tutelados, tres de ellos en Cataluña, donde han diseñado acciones para mejorar la atención a los menores, como, por ejemplo, conseguir que los internos se sientan más seguros y prevenir que reproduzcan relaciones violentas que pueden haber vivido e interiorizado.

GENERAR UNA CULTURA DEL CUIDADO

Según la Fundació Surt, creada en 1993 para defender los derechos de las mujeres, las experiencias de violencia que los chicos y chicas relatan en el estudio "son de violencia física, sexual y/o psicológica". También relatan formas de violencia específicas, como violencia machista, violencia racista, violencia entre iguales (bullying), violencia institucional o violencia por motivo de identidad o expresión de género u orientación sexual.

La coordinadora del proyecto, Alba Elvira, ha explicado que los equipos profesionales participantes en el estudio han señalado la necesidad "de generar una cultura del cuidado en el centro, es decir, ofrecer un espacio en el que los y las jóvenes puedan contar con el apoyo de personas adultas y de otros compañeros y compañeras y, además, en que tengan la oportunidad de compartir sus experiencias y mostrar sus emociones".

"Se trataría de que los centros desnormalizasen conductas violentas, provean a los chicos de un espacio en el que sientan protección y les faciliten mecanismos para gestionar las emociones", ha aclarado Elvira. Entre las necesidades expresadas por el centenar de jóvenes participantes en el proyecto destaca la de contar con un espacio de seguridad, que sea garante de su protección en el que sea posible crear vínculos de confianza y sinceridad entre jóvenes y profesionales del centro, según Elvira.

MOMENTOS PARA DESCANSAR

No sentirse forzados a exponerse de forma constante al grupo y al equipo de profesionales, sino tener momentos para descansar, estar solos, relajarse, distraerse; sentirse en casa, sentir que se preocupan por ellos y que pueden contar con ayuda y apoyo de los profesionales y que éstos tengan conocimiento sobre su historia de vida, incluyendo sus experiencias negativas, su estado de salud y comportamiento, son otras necesidades expresadas por los menores tutelados.

El estudio también destaca la necesidad de garantizar mecanismos de participación que permitan a los jóvenes expresar sus opiniones y formar parte de las decisiones que les afectan, y de estar informados sobre las dinámicas y las normas escritas y no escritas del centro.