Fue hace poco más de dos semanas cuando se conoció que 1.000 mujeres han sido asesinadas por violencia machista en España desde el año 2003. Según las estadísticas, aproximadamente el 80% de las mujeres muertas no habían presentado denuncia. Con la cifra de víctimas ya superada, ayer se celebró una reunión del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género.

En el encuentro, convocado para analizar la situación actual del pacto de Estado contra la violencia machista, se constató que tampoco abundan las demandas interpuestas desde su entorno familiar o cercano, que oscilan entre el 5% y el 7%. La importancia de presentar una denuncia para comenzar los trámites administrativos fue uno de los puntos clave de la jornada.

«EL PÁNICO ATENAZA» / «Las conclusiones fueron claras: el silencio de las víctimas es el principal aliado de sus agresores. «El pánico atenaza a las mujeres maltratadas; temen posibles represalias y no denuncian», declaran desde el Observatorio. Muchas mujeres deciden no denunciar por motivos relacionados con el propio sistema judicial, ante el que se sienten desamparadas. Además, el 75% de las asesinadas eran madres, lo que supone un factor de vulnerabilidad añadido: la víctima tiene miedo no solo por ella, también por sus hijos.

En el pacto de Estado ya se contemplan medidas para formar a los profesionales del poder judicial en perspectiva de género, una solicitud que fue aprobada en el pasado diciembre.

A la cita de ayer acudieron personajes relevantes del poder político y judicial, como la fiscala general del Estado, María José Segarra, y el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, que presidió la reunión. El Gobierno en funciones estuvo representado por el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska; su homóloga de de Justicia, Dolores Delgado, y la vicepresidenta, Carmen Calvo.

Para la vicepresidenta Carmen Calvo, que también encabeza el Ministerio de Igualdad, no hay que olvidar la importancia de «afianzar conceptos y coordinar esfuerzos» frente a la existencia de «algunos partidos con actitudes machistas», con la mirada en el ala más a la derecha del panorama político español.